El ayuntamiento de Madrid ha considerado infracción grave que el Restaurante madrileño La Favorita, se negara a celebrar un banquete de homomonio. Les ha cascado 12.000 euros de multa, con mucha alevosía, dado que la sanción figura en la banda alta de la multa posible. Sencillamente porque los propietarios decidieron ser sinceros y, en lugar de decirles a los dos monfloritos que no tenían hueco en la agenda, alegaron lo mismo que habría alegado yo : que en mi propiedad no quiero contemplar el poco regocijante espectáculo de ver a dos señores que festejan la toma por el ano. En mi casa yo no lo admitiría, como no lo admito en Hispanidad.com.
Como el lobby cacorro está compuesto por buena gente que lucha por sus derechos, se están pensando en aprovechar la multa de Gay-ardón para llevarles a La Favorita a los tribunales, a ver si pueden fastidiar un poquito más. Tanto el señor Alcalde, destacado miembro del Partido Popular, como los muy doloridos cónyuges del gaymonio, lo que buscan es eliminar al enemigo, es decir, conseguir que el restaurante se vea obligado a cerrar su puertas. No lo duden: en breve volverán a solicitarles más banquetes de homomonio. A lo mejor, hasta Pedro Zerolo se re-casa para poder pedir hora en La Favorita, con Gay-adón como invitado especial Como sufro diariamente sus amenazas y sus intentos de extorsión, sé por experiencia cómo se las gastan estos chicos rosa.
La medida del insigne Gallardón no tiene precio. A ver si nos entendemos. No es que el señor alcalde haya hecho de tripas corazón al cometer esta canallada. Lo ha hecho con gozo intenso, porque acredita su bandera progresista para mucho tiempo. Y el PP cerrará la boca, lo que demuestra lo ingenuos que son quienes piensan que de este partido, que habrá que empezar a llamar Partido Podrido, se puede sacar algo : ¡Delenda est PP! Cuanto antes, mejor. Muerto y enterrado el Partido de la podredumbre, sus votantes podrán hacer emerger otra fuerza política distinta. Mientras esta formación de miserables continúe agonizando, impedirá la renovación de la política española.
Gay-ardón, además, ha lanzado una flecha al corazón de la propiedad privada. Para proteger este derecho, la inmensa mayoría de las legislaciones del mundo libre han reservado el derecho de admisión, aún cuando se trate de un servicio al público, como es un restaurante.
Con actitudes como las del señor alcalde, se está imponiendo la homosexualidad en nuestras propiedades. Y el partido calla, como calla su sucesora en la alcaldía, cuando Gay-ardón sea elevado al Congreso : una tal Ana Botella, es decir, una de las estafas del PP a su electorado natural. Porque, ¿a que les resulta difícil imaginar a la señora Botella llevando a la ruina a la familia propietaria de La Favorita por negarse a festejar un homomonio? Pues no hace falta que se lo imaginen, porque eso es exactamente lo que ha ocurrido. Botella, como toda la cúpula del PP piensen, por ejemplo, en los miembros del partido que se presentan como católicos practicantes, empezando por el propio Gay-ardón- mantiene la boca cerrada. Es decir, que no sólo es cobarde: es cómplice.
Eulogio López