Es la última petición del Eurogrupo, esa cámara de los lores de los países euro: Europa le pide a España más sacrificios, en forma de una nueva subida del IVA y de los impuestos medioambientales. Mira qué listos.

Que Bruselas -para ser más exactos, Berlín- esté empobreciendo a Europa no es noticia. Que la obsesión teutónica con el déficit no esté dando buenos resultados sino a los especuladores con deuda española o italiana, tampoco.

Ahora bien, aún cuando sacralicemos el déficit fiscal, hay que tener en cuenta que los números rojos públicos pueden ennegrecerse de dos formas: o aumentando los ingresos del Estado -más impuestos- o reduciendo sus gastos -menos prestaciones-.

Es evidente que si apostamos por la libertad económica y por la propiedad privada, tenemos que reducir las prestaciones públicas, no aumentar los impuestos. Y mucho menos los impuestos finalistas, por muy verde-ecologistas que resulten.

Las políticas de Merkel (en la imagen) lo único que están haciendo es aumentar el tamaño del Estado y el poder de los gobiernos, a través de una política fiscal confiscatoria.

Justo lo contrario de lo que debe hacerse. Además, vulnera la paradoja de oro de los todos los amantes del poder omnímodo de la clase política, tanto si representan a la izquierda como a la derecha: a más impuestos menos recaudación, pues no se sabe de dónde recaudar.

Eulogio López

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