El Gobierno se empeña en defender que sus relaciones con Marruecos son buenas, pese al desacuerdo en un sólo asunto. El problema es que el asunto es de calado y Marruecos campa por sus respetos en territorio saharaui. No importa: el Ejecutivo español sigue esperando a que el ministro del Interior marroquí facilite información. Es de esperar que, siendo juez y parte, Marruecos no tire piedras contra su propio tejado.
Por ahora, la insistencia de España ha logrado que los periodistas de los dos diarios de mayor tirada informen desde el terreno. El vicepresidente del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, admite que es algo que Francia ya tenía sin siquiera pedirlo. Además, Rubalcaba manifestó que el Gobierno español no se sentirá satisfecho hasta que todos los informadores logren entrar en territorio del Sahara Occidental libremente.
Mariano Tomás
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