La respuesta viene en el Catecismo y está en el punto 2181. No deja ninguna duda.
Sí es pecado grave faltar a Misa un domingo a no ser que haya una justificación del tipo enfermedad o cuidado de enfermos, o una imposibilidad física manifiesta. Fuera de esto, si se falta a Misa por cualquier otro motivo sí es pecado grave.
Hay un hábito muy extendido entre muchos católicos: ir a Misa los domingos solo de vez en cuando y comulgar siempre que van. Ese hábito añade, al pecado de no ir a Misa, el pecado de comunión indebida (sacrilegio).
Pues si se ha faltado a Misa un domingo ya no se debe comulgar hasta que se haya confesado.
Y cuanto más tiempo se prolongue este funesto hábito, peor es para la conciencia que ya no va a distinguir vivir en Gracia de Dios o en pecado.
Y si no hay intención de ir a Misa todos los domingos, mejor es abstenerse de comulgar hasta que se haya tomado ese propósito. La Eucaristía no es un símbolo. Y no comulga quien quiere sino quien puede.
Otro funesto hábito es la idea que muchos creen de que ir a Misa necesariamente lleva consigo comulgar, lo cual es una mentira que está haciendo mucho daño a las conciencias.
Ese hábito está sobre todo extendido en las hermandades y cofradías, y es urgente dar una formación católica para corregir la proliferación del sacrilegio.
Y para que algo sea pecado grave no precisa de que se haya convertido en actitud. El acto en sí puede ser pecado. Pues la actitud es la consecuencia de la repetición de actos. La actitud de no ir a Misa los domingos empieza porque un domingo se dejó de ir a Misa sin tener conciencia de cometer un pecado grave.
Si no atajamos la deformación con buena formación, no podremos transmitir la fe con fidelidad.
Y si alguno cree que este artículo es "exagerado" que consulte el catecismo.
Santiago González