Sr. Director:
Ha llegado el momento de de defender la dignidad de la razón ¿cómo?, apelando de nuevo a la ley natural, a normas inderogables y obligatorias, que no dependen de la voluntad del legislador y tampoco del consenso que los Estados pueden darles, pues son normas anteriores a cualquier ley humana.
El Papa Benedicto XVI lo define con precisión: "La ley natural es, en definitiva, el único baluarte válido contra la arbitrariedad del poder o los engaños de la manipulación ideológica. La ley inscrita en nuestra naturaleza es la verdadera garantía ofrecida a cada uno para poder vivir libre y respetado en su dignidad".
El auténtico progreso de una sociedad no depende del número de televisores u ordenadores que se tienen en casa. El auténtico adelanto depende del reconocimiento del valor que la ley natural posee para un progreso real y coherente de la vida personal y del orden social.
Debemos luchar por el restablecimiento de la razón y la lógica, ante tanta diversidad deberíamos buscar lo que nos une, ante tanta ambigüedad, tanta pluralidad buscar un nexo común que nos sirva de guía segura que no dependa "de los vientos políticos que corran"; en cuestiones como la vida humana, la persona,... debemos tener -unos planteamientos más coherentes y profundos.
Mª Helena Vales- Villamartin Navarro
malagaelba@gmail.com