Comienza la pre-campaña electoral para las europeas y nuestro Partido Socialista está sin combustible.
Adolece acusadamente de una persona inteligente que sepa lo que puede llevarle al menos desfavorable resultado de las próximas elecciones. Su recurso tan explotado en ocasiones anteriores -¡que viene la derecha!- no tiene cabida, habida cuenta de que tenemos muy cercano el desastre de País que nos dejaron, y los españoles, aunque tendemos a olvidar con facilidad, es demasiado pronto para que lo hagamos ya.
No hace falta insistir mucho en la situación laboral a la que nos han conducido, ni tampoco a la económica; errores garrafales, así como ineptitud de su gobierno consiguieron nuestra pésima situación. La unidad nacional en riesgo por su apoyo a los independentistas. Nada de esto requiere mucho esfuerzo para comprenderlo.
Pero lo más llamativo, por su torpeza en el discurso de la candidata, es decir que quiere una Europa como Andalucía.
Soy andaluz y tuve que salir de esa magnífica tierra por lo que, gracias a ello, ni yo ni mis descendientes han sido manipulados ideológicamente ni religiosamente por los gobiernos socialistas, anclados de forma perpetua en el poder, controlando información, educación y justicia. Desgraciadamente es esa tierra lo último en progreso, economía, trabajo, educación, sanidad, derechos humanos, etc. ¿Eso es lo que quiere la señora Valenciano para Europa ¿Quién subvencionará luego a Europa, si todos somos iguales a Andalucía
Pobre Partido Socialista; se ha quedado sin recursos para su campaña y esto es doloroso. En España necesitamos una oposición que sea algo más que demagogia y mentira. Les falta iniciativa, ideas, ímpetu, optimismo, credibilidad, dignidad y competencia, pero antes que nada, han de reconocer que eso es así.
Pablo D. Escolar