En efecto, el problema de España es el desprestigio total de Rodríguez Zapatero en Europa. Una afirmación que se ha vuelto a mostrar hoy, en Bruselas, donde se celebraba el Consejo Europeo. ZP no consiguió el apoyo de los líderes europeos, que le desprecian, especialmente la alemana Merkel, y con un Nicolás Sarkozy que quiere mantener distancias con la apestada España.
Ni consiguió apoyos de otros líderes para decir la verdad -que España no es Grecia- ni jugó a órdago, que es lo que tenía que haber hecho dada la situación. Es decir, Zapatero no se comprometió a no acudir al macrofondo europeo para rescatar países en dificultades.
En paralelo, en Madrid, la deuda española rozaba el 5% y la prensa anglosajona insistía en que ya hay quien prepara el plan de rescate de España. No dijo ZP ni su vicepresidenta económica, Elena Salgado, lo que sí dijo, sin ser su obligación, el presidente de la patronal bancaria AEB, Miguel Martín: que España no solicitará la ayuda de ese macrofondo, ni acudirá a ella. Así de claro respondió Martín a la pregunta de Hispanidad en el curso de la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) que se celebra en Santander.
¿Hay una conspiración contra España? No, hay algo mucho peor, hay un consenso antiespañol, cuyo origen y autoalimentación, radica en los países anglosajones, en las citys anglosajonas y, sobre todo, en la prensa anglosajona, es decir, alemana y británica, principalmente.
Y así, sin razón objetiva alguna, a España cada vez le cuesta más pagar su deuda, a los alemanes cada vez les cuesta menos pagar la suya y, encima, son esos inversores anglosajones los que se están forrando especulando contra el bono español. ¿En qué consiste esa especulación?: en exagerar a través de los informes de sus analistas, de las noticias de sus periodistas y del silencio interesado de sus políticos sobre el riesgo-país español. De esta forma, obtienen más rendimiento de la deuda pública hispana, la que pagamos los españoles con nuestros impuestos.
Es otro fracaso de Zapatero, convertido, por su desprestigio internacional, en el problema número uno de la economía española.
Miriam Prat
miriam@hispanidad.com
