Sí hubo celebración familiar de las bodas de oro de don Juan Carlos y doña Sofía, sólo que discreta
En la entrevista televisiva que, con motivo del encuentro de fútbol España-Italia, tuvo lugar en Gdansk (ver aquí), puede verse la atención que SAR doña Letizia Ortíz Rocasolano, le hace al SAR don Felipe de Borbón y Grecia, futuro Rey de España. Está claro que la futura Reina de España se ha empeñado en ser el centro de atención, incluso cuando no debe serlo. Mal presagio.
En el entretanto, la historia real continúa. El Príncipe de Asturias va creciendo en protagonismo y, lo que quizás sea más importante, está más unido que nunca a su padre, El Rey. El desagradable incidente del paquidermo ha servido para que Su Majestad madure en su vejez e incluso vuelva a ser aquel jefe del Estado con buenas ideas. Por ejemplo, suya ha sido la idea de montar en una de las lanchas de salvamento con los que la Guardia Civil se enfrenta a la Royal Navy frente a las aguas del Peñón de Gibraltar. El monarca ha propuesto, incluso, acompañar en su faena a los pescadores de Algeciras, aunque sea a plena luz del día y, en suma, adentrarse en las aguas que los británicos reclaman como suyas, aunque al Gobierno Rajoy le preocupa esa eventualidad.
La renacida, quizás nacida, amistad entre padre e hijo, ha servido, también, para que ambos se reconcilien con la Infanta Cristina, a pesar de que el caso Urdangarín no marcha como debiera. Tanto el Rey como el Príncipe preferirían que el juicio no se llevara a efecto. Eso puede lograrse pero el primer opositor es el propio Duque de Palma, Iñaki Urdangarín, quien ha respondido a suegro y cuñado que él si quiere que el juicio oral se celebre y que esté resulte lo más abierto posible… porque asegura no tiene nada que ocultar.
En cualquier caso, sí hubo celebración, sólo que privada y no publicitada, de las bodas de oro de Juan Carlos I de Borbón y Sofía de Grecia, aunque el hecho no transcendiera. Y sí, estuvieron presentes los Duques de Palma, con sus hijos. Y participó la Reina. La única que dio el cante, 'again', la futura Reina de España.
Conclusión: toda la real crisis ha servido para conseguir que el Rey vuelva a comportarse como tal y para que aparezca un segundo Rey, el sucesor, quien, sin exigir la abdicación del padre, como pretendía doña Letizia, ha conseguido reconducir las cosas y, al mismo tiempo, recuperar, aunque sólo sea en parte, el prestigio del monarca. Digamos que Felipe de Borbón se está ganando el puesto de Felipe VI sin cometer parricidio.
Ahora ya sólo le queda por delante la ardua labor de controlar a su esposa. Ayudémosle todos en su benéfica y difícil tarea.