El hermano del ministro del Interior participó en el fallido intento de trasladar el Mando Unificado a Barajas
Es un gran aficionado al automovilismo, que no en vano tiene una colección de Porsche. Pero eso sólo en sus ratos libres. Su vida profesional se reparte entre dos sociedades: la asesoría P&R Consultores Millenium, intermediaria de actividades comerciales, y la firma Tasamon, dedicada a la tasación y compra-venta de inmuebles.
Y trabajan, trabajan. Por ejemplo, don Alejandro estuvo relacionado con la adquisición de un edificio que sirviera como sede del Mando Unificado de Policía y la Guardia Civil. Cuando todo estaba previsto para el visto bueno, los técnicos del Ministerio aparecieron por allí y hablaron de interferencias de comunicaciones con el cercano aeropuerto y otras menudencias que imposibilitaron llevar a cabo la operación.
Es igual, cada día que pasa, don Alfredo habla menos y don Alejandro actúa más. El ministro del Interior está enfrentado a la vicepresidenta primera del Gobierno, Teresa Fernández de la Vega, y cada vez más distanciado de ZP por la forma en que está llevando la negociación con ETA. A lo mejor le sucede su hermano Alejandro, que no para.