Soraya Sáenz de Santamaría no apoya la reivindicación de Esperanza Aguirre de acabar con el Tribunal Constitucional, sino -como ha manifestado en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de este viernes-, que "hay que apoyar su fortaleza y reformar su constitución", pero se muestra contraria a la sentencia de Sortu, y ha reprochado al partido de su antecesor en el cargo, Rubalcaba, el cambio de posición en su política con respecto a la formación, cuando decía "que era el continuador de Batasuna, el brazo político de ETA".
El Gobierno, ha señalado, "acata la decisión del TC pero discrepa de ella". El Ejecutivo, ha dicho, "asumió la posición procesal del anterior y era parte en ese recurso ante el Tribunal Constitucional representado entre otros por la abogacía del Estado, donde defendíamos que se mantuviera esa ilegalización".
Como parte, tanto el gobierno anterior, ha añadido, como el actual, defendían que debía mantenerse la postura del Tribunal Supremo, por ello "lo único que hace es mantener su posición procesal".
En cuanto a Otegui, la postura del Gobierno es "que cumpla íntegramente su condena como otros lo han hecho". Tanto Otegui como Usabiaga han recurrido su condena al conocerse la legalización de Sortu. Están condenados a seis años y medio de cárcel como miembros de ETA.
Sara Olivo
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