Nada. No dijo nada. Lo que se dice nada. Una lamentable falta de respeto para los asistentes al Foro de la Nueva Sociedad en la mañana de este jueves. La verdad es que al Defensor del Menor, Pedro Núñez Morgades, se le notaba emocionado de poder hablar ante tan concurrido público : políticos, sindicalistas, representantes de las distintas religiones. En su vida se había visto en algo así. Y se notaba. Esta es la mía, debió de pensar. Y ocurrió lo que dicen que ocurre en Madrid: O das una conferencia o te la dan. Lamentable. Una falta de respeto para las más de 200 personas que habíamos tenido la delicadeza de madrugar para escucharle.
¿Qué prefiere, las manifestaciones francesas contra el contrato del primer empleo o los macrobotellones? Los políticos estamos alejados a veces de la sociedad, responde. ¿Cómo? ¿Viven mejor los niños ahora que antes? Materialmente sí, pero socialmente no. ¿Se ha incrementado el acoso a los profesores? Se han incrementado las denuncias, pero el acoso no sabemos. ¿Qué van a hacer con los bakalas que roban a las puertas de los colegios? Nuestras escuelas no son violentas. ¿Va a proponer la reducción de la edad penal? ¿Puedo pasar palabra?, responde el Defensor del Menor. Pero como no podía pasar palabra, terminó diciendo tras una larga perorata insufrible- que no está el horno para esos bollos
O sea, nada. Como les dije, nada de nada. Muy lamentable. Luego nos ha aclarado por qué: Sobre temas conflictivos nunca hablamos, señala Morgades a Hispanidad. Ahora lo entendemos todo. Su talante y su estrategia es no mojarse ni en la ducha y asumir el discurso políticamente correcto. Por ejemplo, se siente muy orgulloso de haber distribuido unas guías sobre formación en homosexualidad entre los estudiantes para combatir la homofobia. Conviene recordar que las citadas guías fueron elaboradas por el Colectivo de Gays y Lesbianas de Madrid, militante y nada imparcial y que en ellas se recomendaba al joven con tendencias homosexuales que no se lo comunicara a sus padres. Eso sí, se cubre afirmando de refilón que el tema es muy controvertido entre la comunidad científica.
Pero como le tiene miedo al lobby rosa, se permitió repetir la típica demagogia: Recuerdo que un joven homosexual vino a verme con unos sufrimientos terribles... Y por si no lo habíamos entendido muy bien, Morgades se permitió afirmar que debíamos prepararnos para acoger en las escuelas a los hijos de las parejas homosexuales. Es decir, el Defensor del Menor se moja hasta las cachas en el asunto homosexual, pero prefiere mantenerse al margen de los temas de debate. Mucho. No con nuestros impuestos.