Sr. Director:
Internet ofrece a los anunciantes una ventaja sobre el resto de los medios: medir la eficacia de sus campañas publicitarias. Se puede saber cuántas personas han visto un anuncio. Pero, sobre todo, si han respondido a él pulsando el enlace de la compañía anunciante.
Esto ha dado origen al pago por clic (PPC): el anunciante solo paga cuando el mensaje llega a la audiencia interesada, o sea cada vez que un internauta hace clic en el enlace del anunciante.
Ante la cifra inmensa de euros, surgió el timo del clic fraudulento. La estafa se realiza mediante un programa que suplanta a los consumidores haciendo clic reiteradamente en un anuncio. Esto sirve para aumentar las comisiones que reciben de los anunciantes los sitios que alojan los anuncios o perjudicar a un competidor causándole una subida desorbitada y estéril del gasto publicitario.
Los engañosos clics han enfrentado a anunciantes y buscadores, que son los principales soportes publicitarios. Estos se benefician tanto del PPC que, en la empresa número uno del sector, los ingresos generados por esta vía alcanzan los 6.100 millones de dólares. La publicidad "on line" suma al año 27.000 millones de dólares, y esto es sólo el comienzo, según Piper Jaffray.
Las estimaciones del fraude varían, puede que represente en torno al 10 por ciento de los clics en anuncios. Y la cifra no hará más que aumentar a menos que se establezca algún tipo de mecanismo para evitarlo.
Clemente Ferrer Roselló
clementeferrer@yahoo.es