Un Doctor de la Iglesia es alguien que ha estudiado y contemplado con singular clarividencia los misterios de la fe y que es capaz de exponerlos a los fieles de tal modo que les sirvan de guía en su formación y en su vida espiritual, y que ha vivido de forma coherente con su enseñanza.
Benedicto XVI ha anunciado que proclamará a dos nuevos doctores, y lo ha querido hacer público en la Festividad de Pentecostés, junto al anuncio de la proclamación como Doctora de una gran figura de la Iglesia: santa Hildegarda de Bingen, monja benedictina que vivió en el corazón del Medievo alemán, auténtica maestra de teología y profunda estudiosa de las ciencias naturales y de la música.
Por su parte, el Maestro Ávila, sacerdote diocesano, patrono del clero secular español, fue, ante todo, un predicador que ponía siempre en el centro de su mensaje a Cristo y que buscaba con sus palabras, sencillas y profundas, tocar el corazón y mover a la conversión de quien le estaba escuchando.
Sus testimonios de vida nos invitan hoy a volver la mirada hacia ellos y a perseverar en la misma fe de la que ellos fueron grandes Maestros. Sus ejemplos siguen de plena actualidad, en particular en estos momentos en los que nos apremia la urgencia de una nueva evangelización. Porque pasan los tiempos, pero los verdaderos creyentes como ellos son siempre contemporáneos.
Jesús D Mez Madrid