La venganza, un tema recurrente en el género del oeste, es el carril por donde transita este espagueti western ingenioso pero exageradísimo, que no defraudará a los seguidores de Quentin Tarantino a pesar de su inacabable metraje: 165 minutos.
Un esclavo negro, Django, es liberado por un singular ciudadano alemán: el Dr. King Schultz, y se convierte en cazarecompensas con el objetivo de encontrar y liberar a su amada esposa, esclava en una plantación del Sur. Durante esta búsqueda a través de los Estados Unidos, Django se convertirá en un diestro tirador.
Como es usual en toda su filmografía, Quentin Tarantino en Django desencadenado despliega sus mejores armas: diálogos surrealistas, situaciones inimaginables y llenas de humor y una violencia tan desmedida que da lugar a secuencias cercanas al cómic. Todo ello le sirve para denunciar la brutalidad que llevaba aparejada la esclavitud en plantaciones como Evergreen, un lugar histórico que ha servido como escenario en esta película y para mostrar a otros nuevos bastardos en la filmografía de Tarantino: los negreros.
Las impresionantes interpretaciones de Jamie Foxx, Leonardo Di Caprio, Samuel L. Jackson o Christoph Waltz se complementan con ingeniosos cameos de actores como Franco Nero, que interpretó al primer Django en el año 1966, o del propio director, Quentin Tarantino. Todo ello al servicio de una película muy original con momentos irrepetibles, a pesar de su violencia, y constituye, sin duda, el mejor homenaje que podía hacerse al espagueti western y, también, el más gamberro.
Para: Los aficionados al espagueti western y, especialmente, para los seguidores de las películas de Quentin Tarantino