Hace unos días el Papa hizo alusión a unas palabras reveladoras sobre las causas de la crisis: "no hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti" que, sin duda, es uno de los principios morales básicos.
Y es que existe la confusión de que todo lo legal es moral y, a veces, las leyes son completamente amorales. Como ejemplo tenemos la nueva ley del aborto que entrará en vigor el próximo día 5. Si esperamos a que, un Gobierno productor de la crisis, que no se ha cansado de afirmar que los principios morales los marcan las leyes, es decir que toda ley positiva es la única fuente de moralidad, nos arregle la situación, vamos listos, y es que como en varias ocasiones, ha asegurado el cardenal de Madrid: "la crisis económica no la tendríamos tal y como es ahora mismo si no la hubiera precedido una crisis moral".
En este contexto no debemos olvidar el papel de Cáritas. Por cierto que en la organización están preocupados porque "si vas un día a las colas de los comedores, antes eran mendigos y ahora son familias" decía un dirigente. Continúa siendo preocupante que a aquellos que se les hace la boca agua cuando hablan de protección social no hayan promovido, al menos no se ven, movimientos promovidos y bien subvencionados por parte del Estado para atender a los más necesitados. Tengo la sensación de que "si la Iglesia no estuviera desarrollando ese servicio a los pobres, habría mucha gente muriéndose de hambre", y eso a pesar de las leyes.
Jesús Domingo Martínez