Frente a la crisis bancaria, los norteamericanos hicieron una cosa bien y el resto mal: Lehman Brothers, entidad cerrada por decisión administrativa. No quebró, se fue a un concurso de acreedores, a las órdenes del juez.

El Gobierno Zapatero, y ahora el del PP, hizo una cosa bien y todo lo demás mal. La cosa bien fue Eurobank, la entidad catalana de Eduardo Pascual que fue liquidada por el Ejecutivo y quedó en manos del juez.

Antes el Banco de España realizó una quiebra ordenada, colocando al frente del equipo ejecutivo al colaborador de Hispanidad, Rubén Manso, que hizo un reflotamiento, previo a la liquidación, verdaderamente modélico.

Tan ordenada resultó la quiebra de Eurobank que no sólo no perdieron dinero los depositantes, ni un euro, sino tampoco el Fondo de Garantía de Depósitos, es decir, la entidad aseguradora en la que el Estado adelanta dinero y luego los propios bancos se lo abonan a lo largo de los años, de muchos años.

En Eurobank sólo perdieron los accionistas, es decir, los que tienen que perder. Y además, el responsable del desaguisado, el equipo de ejecutivos liderado por Eduardo Pascual, les pueden caer unos cuantos años de cárcel.

Eulogio López

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