El ex presidente de Caja Madrid concita el consenso de la familia socialista para la Presidencia del BBVA. FG deberá de hacer frente a sus múltiples enemigos
Tal y como hemos informado, el próximo otoño será el período elegido por el PSOE para efectuar su acoso a los presidentes de las compañías privatizadas. Los argumentos esgrimidos por Solbes y Montilla serán honradez y capacidad gestora. Tras el consenso alcanzado en la familia socialista sobre el candidato a la sucesión de Telefónica, Juan Manuel Eguiagaray, llega el acuerdo sobre el sucesor de BBVA: Jaime Terceiro. El actual presidente, Francisco González (FG), deberá de aguantar el embiste rodeado de múltiples enemigos generados por su gestión: "neguris", Miguel Sebastián y Gregorio Marañón.
Ha estallado la paz. Tras las dudas mostradas por el ministro de Economía, Pedro Solbes, sobre la capacidad gestora de Pedro Antonio Martín Marín al frente de Hispasat, el Gobierno se dispone al acoso y derribo de los presidentes de las privatizadas. El primer paso es encontrar un candidato sustituto de consenso. Tal y como informábamos en nuestra edición del viernes 20, el PSOE ya tiene candidato para suceder a César Alierta al mando de Telefónica. Juan Manuel Eguiagaray es el hombre elegido.
Pues bien, también existe consenso para sustituir a FG en la Presidencia del BBVA. El ex director de Caja Madrid, Jaime Terceiro, es el hombre de consenso de las distintas familias socialistas. Terceiro formó parte del grupo de economistas del PSOE. Es ingeniero, doctor en Economía y miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Una brillantez intelectual que nubla con un trato un tanto pedante y resabiado, que incomoda incluso a sus amigos socialistas.
Pero, además, de su currículum intelectual, Jaime Terceiro es amigo íntimo de Josep Borrell. Un aval político que le abrió las puertas de Leguina a la Presidencia de Caja Madrid donde desempeñó un destacado y brillante papel gestor. Siete años más tarde, fue descabalgado de la caja madrileña por el histórico pacto PP-CCOO sin que sus amigos socialistas hicieran demasiado por salvarle. La brillantez intelectual a veces consigue esos efectos perversos.
El caso es que Terceiro volvió a su Cátedra de Econometría desvinculado del mundanal ruido. Pero ésta podría ser la ocasión de regresar a la actividad profesional. Y por la puerta grande. Ahora sólo hace falta que FG acepte. Y no parece estar por la labor a juzgar por sus clandestinos encuentros con Solbes y el público besamanos protagonizado tras el 14-M.
Pero FG tiene muchos enemigos. Arrieritos somos. Uno de ellos es Miguel Sebastián, actual director de la Oficina Económica de La Moncloa. Sebastián salió por la puerta chica del Servicio de Estudios del banco, tras un informe en el que calificaba de viable la rocambolesca propuesta de tipo único en el IRPF formulada por Jordi Sevilla, el de las "dos tardes". Sebastián recaló entonces en un PSOE un tanto aturdido y tuvo la suerte de que le tocara la lotería del 14-M. Ahora quiere cobrar su pedrea.
Y no es el único que le tiene ganas. El ex consejero del BBVA Gregorio Marañón también quiere cobrarse la venganza en plato frío después de que FG le despidiera por no querer firmar que la retribución y la pensión del presidente no pasaran por la comisión de retribuciones que Marañón presidía. Son los costes de la ética. FG pasó igualmente su retribución y su pensión, que alcanza la bonita cifra de 28,9 millones de euros a 31 de diciembre de 2003. Probablemente, ya haya sobrepasado la barrera de los 30 millones de euros, una cuantía superior a la totalidad de las pensiones cobradas por los ex consejeros de Neguri, que, como se pueden imaginar, no están especialmente satisfechos después de haber salido por la puerta de atrás con la excusa de las cuentas de Jersey.
A esa millonaria suma hay que añadir el enorme patrimonio personal amasado a base de especular en el mercado. Una actividad para la que había liberado de otras ocupaciones al director general del BBVA, Manuel Galatas. Hay que predicar con el ejemplo. Nada mejor que preocuparse del propio patrimonio para demostrar que uno se puede ocupar del ajeno.
A todos estos enemigos hay que añadir a Jesús María Caínzos, que fue prejubilado por FG en julio del año pasado siendo nada menos que vicepresidente primero. Caínzos podía ser un estorbo en su proyecto de mando único. El vicepresidente tenía criterio propio y no estaba dispuesto a callar sus críticas y sugerencias sobre la gestión del banco. ¡A la calle! Eso sí, dimitió por razones personales. Ahora Caínzos descansa en una asociación de "seniors" por el buen gobierno, pero no olvida la afrenta de un FG que no le permitió culminar su carrera bancaria con broche de oro.
Demasiados frentes. FG puede optar por aguantar el chaparrón y tratar de buscar una alianza internacional al estilo Abbey que le salve de la quema. En tal caso, el Gobierno se vería obligado a apoyarle. Pero el asunto corre prisa. En caso de ceder, FG tiraría la toalla con el riñón bien cubierto y con un sustituto gestor, no financiero. Los vasquistas insisten en que prefieren una Presidencia de Goirigolzarri. Pero el PNV no gobierna el BBVA. Y tampoco Moncloa.