Noche del lunes, entrega de los Premios Tiépolo, con dos galardonados de alcurnia: el presidente de ENEL, Fulvio Conti y su par de Telefónica, César Alierta.

Son premios franco-italianos por lo que, en pro de la equidad, España premiaba al presidente de la empresa que nos ha arrebatado a nuestra primera eléctrica, mientras que los italianos hacían lo propio con el máximo responsable de la operadora a la que no permiten entrar en Italia, es más, le han tomado el pelo porque invirtió cuando se lo pidieron y ahora está cruzada de brazos, observando cómo crece la hierba.

Es la viva imagen de la política empresarial del Gobierno Zapatero, un verdadero desastre que conlleva la onírica convicción de que el enemigo del Zapatismo son los pérfidos hijos del euro, siempre, eso sí, que sean españoles.

Al parecer, sobre esa asimetría, el señor Zapatero no habla con el señor Berlusconi, supongo que por respeto institucional.

Eulogio López

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