La República Checa sabe algo de comunismo. Sufrió la mentira de la igualdad durante demasiadas décadas. Y por eso muestra especial solidaridad con la disidencia cubana, enterrada bajo la bota de Fidel en mitad del Caribe. No es de extrañar la postura defendida en el Consejo de Ministros de Exteriores. Finalmente, la decisión acordada impele a las diplomacias comunitarias a no invitar a la disidencia a los actos oficiales de las embajadas, pero no lo prohíbe. Y Chequia no sólo va a invitar a la disidencia, sino que hace campaña entre los países de la Europa del Este (antiguas repúblicas soviéticas) para que secunden su actitud.
Pero es que, además, Holanda tampoco está especialmente satisfecha con la propuesta del ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. Y algunos movimientos en Francia y Alemania, tampoco. Total, que España podría quedarse sola en la nueva postura común en torno a Cuba.
Por si fuera poco, la decisión del Consejo de Ministros de Exteriores violenta la resolución del Parlamento del pasado 17 de noviembre. Y el Partido Popular Europeo se encargó el miércoles 2 de recordarlo. Nueva crisis institucional en ciernes a las puertas del referéndum español por la Constitución Europea.
Y para apuntalar el éxito de las gestiones diplomáticas de Moratinos, Castro dice ahora que Cuba no necesita a la Unión Europea para nada. Eso es descongelar las relaciones y lo demás son tonterías. Y lo peor, el Gobierno español sigue explicando en privado que su cambio de decisión obedece a la defensa de los intereses empresariales en la isla. ¡Toma compromiso con los derechos humanos!