Me parece impresentable y a todas luces injusto lo que está pasando: primero, con Gómez de Liaño; luego, conmigo; y, ahora, con Francisco Serrano Castro, juez de Familia de Sevilla
Su actuación, como la mía, tienen plena cobertura legal. Y Vd. lo sabe. Lo ha dicho la Audiencia Provincial de Sevilla,en el caso de Serrano, al confirmar su resolución, supuestamente prevaricadora. Digo yo que no será tan arbitraria, grosera, apartada de la legalidad de una forma patente, etc., calificativos todos estos que emplea la Sala II del Tribunal Supremo para entender cometido tal delito. No me extraña que hoy salga en la prensa el resultado de una encuesta de Toharia, de la que se desprende la peor valoración por los ciudadanos de los jueces y del CGPJ en toda su historia. Es una lástima, pero no existe Poder Judicial, sino un mero apéndice del Ejecutivo, llamado servicio público de la justicia o Administración de justicia. Vd. mismo fue designado de facto por ZP, a propuesta de Teresa de la Vega, amiga suya de la infancia, parece ser.
Al no existir Poder Judicial, debería desaparecer el órgano que Vd. preside, máxime en estos tiempos de crisis. Con una Dirección General dentro del Ministerio de justicia -perdón que ponga en minúscula esa palabra- sería suficiente. Lo digo, claro está, con ironía, porque lo que debería desaparecer es el Ministerio de justicia. Y reasumir el Estado las competencias en la materia.
Prima la ideología sobre el Derecho. Los jueces están etiquetados: conservador (=PP),progresista (=PSOE). Y en función de ello ya se sabe de antemano el sentido del fallo.
Nadie es inocente. Todos son cooperadores necesarios en el daño que se está causando desde 1985. Aunque sólo sea por participar en un órgano constitucional elegido -paradójicamente- de forma inconstitucional. Precisamente ahora acaba de fallecer D. Federico Carlos Saiz de Robles, Presidente del único CGPJ elegido de forma acorde con la C.E., y del que formó parte D. Jesús Marina Martínez-Pardo, mi preparador de la oposición. A ellos mi homenaje.
Y al juez Francisco Serrano Castro, el que el próximo día 3 de octubre se sentará en el banqullo de los acusados por prorrogar un día la estancia de un menor con su padre, a fin de poder salir en la "Madrugá", mi apoyo, afecto y solidaridad. Aunque el sentido del fallo se pueda intuir...
¡¡Pobre judicatura¡¡ No me extraña que Adolfo Prego -uno de los que me condenaron-, haya tirado la toalla y se haya marchado del Tribunal Supremo.
Su actuación, como la mía, tienen plena cobertura legal. Y Vd. lo sabe. Lo ha dicho la Audiencia Provincial de Sevilla,en el caso de Serrano, al confirmar su resolución, supuestamente prevaricadora. Digo yo que no será tan arbitraria, grosera, apartada de la legalidad de una forma patente, etc., calificativos todos estos que emplea la Sala II del Tribunal Supremo para entender cometido tal delito. No me extraña que hoy salga en la prensa el resultado de una encuesta de Toharia, de la que se desprende la peor valoración por los ciudadanos de los jueces y del CGPJ en toda su historia. Es una lástima, pero no existe Poder Judicial, sino un mero apéndice del Ejecutivo, llamado servicio público de la justicia o Administración de justicia. Vd. mismo fue designado de facto por ZP, a propuesta de Teresa de la Vega, amiga suya de la infancia, parece ser.
Al no existir Poder Judicial, debería desaparecer el órgano que Vd. preside, máxime en estos tiempos de crisis. Con una Dirección General dentro del Ministerio de justicia -perdón que ponga en minúscula esa palabra- sería suficiente. Lo digo, claro está, con ironía, porque lo que debería desaparecer es el Ministerio de justicia. Y reasumir el Estado las competencias en la materia.
Prima la ideología sobre el Derecho. Los jueces están etiquetados: conservador (=PP),progresista (=PSOE). Y en función de ello ya se sabe de antemano el sentido del fallo.
Nadie es inocente. Todos son cooperadores necesarios en el daño que se está causando desde 1985. Aunque sólo sea por participar en un órgano constitucional elegido -paradójicamente- de forma inconstitucional. Precisamente ahora acaba de fallecer D. Federico Carlos Saiz de Robles, Presidente del único CGPJ elegido de forma acorde con la C.E., y del que formó parte D. Jesús Marina Martínez-Pardo, mi preparador de la oposición. A ellos mi homenaje.
Y al juez Francisco Serrano Castro, el que el próximo día 3 de octubre se sentará en el banqullo de los acusados por prorrogar un día la estancia de un menor con su padre, a fin de poder salir en la "Madrugá", mi apoyo, afecto y solidaridad. Aunque el sentido del fallo se pueda intuir...
¡¡Pobre judicatura¡¡ No me extraña que Adolfo Prego -uno de los que me condenaron-, haya tirado la toalla y se haya marchado del Tribunal Supremo.
Fernando Ferrín Calamita