Tras las manifestaciones de este sábado en apoyo a Garzón, la izquierda se siente satisfecha de haber reconquistado la calle. La izquierda siempre ha tenido el monopolio de la calle. Por eso Santiago Carrillo afirmaba en la mañana de este lunes que "la calle está menos dividida que los políticos". La realidad es que los políticos están divididos entre quienes defienden el Estado de derecho y la independencia judicial y quienes avalan y dan gasolina a quienes arremeten contra el Supremo. Bono, por ejemplo, decía en la mañana de este lunes que los jueces se tienen que hacer respetar y que "se cree en Dios, no en los jueces". Y para rematar la faena, Llamazares, un demócrata de toda la vida, afirmaba que "el poder judicial no tiene legitimado el linchamiento de ningún juez". Pero la clave, está en la calle, a la que apelaba Carrillo. ¿Será que las personas de orden tendrán que salir a la calle para defender lo obvio?
Andrés Velázquez
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