Zapatero busca el cariño de los sindicatos y Bono lo busca en el grupo parlamentario socialista. El incremento patrimonial es difícilmente justificable y Bono ha caído en flagrantes contradicciones. La respuesta de Bono es que se trata de un ataque de la derecha extrema. En realidad se trata sólo de información. Y ante una información escandalosa, Bono responde buscando el aplauso y el cariño de los diputados socialistas.
Las informaciones de Bono le han dejado muerto políticamente. Puede que no vaya a mayores judicialmente, pero Bono queda perfectamente inhabilitado para una eventual sucesión de Zapatero. La sombra de la sospecha está ahí. Y ya no quedan más recambios en el PSOE. O Zapatero o Zapatero. A no ser que Pepiño saque la cabeza. Claro que entonces tendrá a los controladores denunciando la ilegalidad del decretazo. Hasta Felipe González marca distancias y le insta a ZP a decir la verdad a los ciudadanos: estamos en una situación de emergencia nacional y puede haber una segunda crisis por no haberse efectuado la reforma del sistema financiero.
Y la excusa de que el Gobierno ha hecho lo que debía marcando la regulación y poniendo a disposición el FROB, no vale. ¿Por qué ahora el Gobierno se compromete a tener el asunto resuelto para el próximo 30 de junio? Incoherencias.
Andrés Velázquez
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