- Según el organismo público, habrían provocado a la entidad un prejuicio de 14,8 millones de euros.
- Después de las tarjetas negras de los consejeros, el chocolate del loro, ahora llega otro engañabobos: los salarios de los directivos.
- Y a todo esto, los pecados mayores, siguen en ciernes: hablo de la concesión de créditos dolosos.
- Es decir, lo que hace quebrar a un banco y lo que hace millonarios a los banqueros.
- Balance: 14,8 millones en salarios de directivos, 15 millones en tarjetas negras... frente a 1.700 millones sólo en 11 operaciones crediticias sospechosas.
- Por cierto, los sueldos de consejeros y directivos son aprobados por el Banco de España.
El FROB lleva a la Fiscalía los salarios de los antiguos directivos de Cajamadrid, la mayor entidad de las siete que se fusionaron para crear Bankia. Asegura el organismo propietario de los bancos nacionalizados, que preside Fernando Restoy pero donde manda Antonio Carrascosa (es decir, que no manda Linde, sino Guindos), que esos salarios 'indebidos' pudieron ocasionar a la entidad unas pérdidas de 14,8 millones de euros.
Pues me parece bien que se lleven a la Fiscalía los salarios elevados pero, al igual que las tarjetas negras, siguen siendo los chocolates del loro.
En primer lugar, los salarios de consejeros y alta dirección son fiscalizados por el Banco de España: es decir, que el antiguo inspector de Cajamadrid, entonces presidido por Miguel Ángel Fernández Ordóñez, del que ya era consejero Fernando Restoy, actual presidente del FROB, apoyó tales salarios presuntamente indebidos. En segundo lugar, serán moralmente indebidos, porque legalmente un banco puede pagar a un directivo lo que le venga en gana si el emisor no dice nada. En tercer lugar, esto es lo más importante, el quebranto pudo ser de 14,8 millones de euros.
Y respecto al otro escándalo anterior, aprovechado por los jacobinos de UPyD, el de las tarjetas negras, del que tanto se ha hablado y tantas vestiduras ha hecho rasgar, lo mismo: supusieron un coste de 15 millones de euros para más de 60 consejeros y directivos durante 10 años.
Pues bien, Bankia no quebró ni por las tarjetas negras ni por los salarios altos. Bankia quebró por lo que siempre quiebra un banco: por conceder créditos dolosos a amigos, familiares o socios que no los devuelven. Y así, en tan sólo 11 operaciones analizadas por el equipo Goirigolzarri, resulta que Bankia pudo perder 1.700 millones de euros. Insisto: sólo en 11 operaciones, que se están investigando muchas más. Por esa cantidad sí puede quebrar un banco y sí se puede hacer multimillonario un banquero.
Y mientras sigamos con los mediáticos y políticos chocolates del loro no señalaremos a los verdaderos culpables de la crisis bancaria ni atajaremos las causas de un saneamiento bancario que acabará costando a los españoles –por el momento- 70.000 millones de euros. Por el momento, porque esta crisis aún no ha terminado.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com