Los partidarios de Oriol Pujol le reprochan la campaña de David Madí y la firma notarial anti-PP. Entre la aproximación al PP y pasar a ERC por la izquierda, el líder de CIU ha optado por lo segundo. Ahora busca ser más independentista que Carod, aunque sólo sea en la política de gestos. Bronca interna entre el democristiano Duran i Lleida y el líder convergente. Mas asegura que en un año será posible una moción de censura a Montilla. El presidente de la Generalitat, Montilla, afronta ahora las conexiones con Francia y el cuarto cinturón

Otra consecuencia del montillazo, o rebelión de José Montilla contra el presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, es que la inestabilidad política se ha instalado en Cataluña y no parece que quiera marcharse. Inestabilidad en el Gobierno de Izquierdas que controla la Generalitat, y en el principal partido de la oposición, CIU.

Entre los convergentes, el centro de las críticas es su presidente, Artur Mas. Los veteranos le reprochan que se haya rodeado de jovencitos inexpertos, como DavidMadí, el director de campaña del famoso vídeo, de estilo agresivo, algo que no gusta al votante de CIU. Y también le reprochan que se dejara convencer por FelipePuig, otro de los halcones del soberanismo, que le llevó al notario para juramentarse contra el PP. Como dicen en Convergencia: cuando uno tiene credibilidad no necesita notarios.

Pero el acoso más duro no viene por los veteranos sino por quienes desean ver a Oriol Pujol Ferrusola convertido en sustituto de sus padres al frente del nacionalismo burgués catalán.

Oriol es conocido por su aspereza en el trato, además de por sus negocios, incluido el famoso suelo de mármol del Aeropuerto de Barcelona que tanto trabajo ha proporcionado a los traumatólogos. Pero es cierto que el apellido Pujol representa algo en la política catalana, y que su padre no se dejó engañar por la Moncloa, como Zapatero ha hecho con Mas. Fuentes convergentes han comentado a Hispanidad que la opción de Mas por el soberanismo, por ser más independentista que Carod, es una forma de pararle los pies a Oriol Pujol, que también se cuenta entre los más vocingleros independentistas.

El otro enfrentamiento de Mas es con sus socios democristianos. Durán i Lleida incluso se permite el lujo de amenazar con la ruptura. En declaraciones al diario ElMundo, Durán asegura que Convergència puede aceptar a personas de ERC, pero esa gente no cabe en Unió. Sabe perfectamente que UDC no puede romper con su hermano mayor, pero también sabe en qué consiste la huida hacia delante emprendida por Mas consiste en aproximarse a ERC, a costa de ser tan independentista como Carod, al menos en materia de gestos, y esperar una moción de censura que los cabezas de huevo de CIU esperan para dentro de un año. Para entonces, podría estar lista una alianza CIU-ERC, el frente nacionalista.

La verdad es que el presidente José Montilla no lo tiene fácil. Desde Madrid le atacan por su traición a Moncloa, al desobedecer a Zapatero y no admitir a Mas como presidente.

De entrada, dos cuestiones en las que Mas ha puesto su esperanza de una ruptura del Tripartito, lo más probable es que por el costado ecológico de IC Verds, no por ERC. El Cuarto cinturón de Barcelona va a poner a prueba las relaciones IC-Montilla, al igual que las conexiones energética con Francia.

En cualquier caso, la inestabilidad se ha hecho crónica en Cataluña. La del Gobierno y la de CIU.