La cristofobia continúa, y continúa fuerte. Por de pronto, la obra de teatro "Me cago en Dios", que se exhibe en el madrileño Círculo de Bellas Artes, entidad financiada por
De hecho, El País, tan respetuoso él, habla de obra "blasfema", pero no introduce el título en el titular. Como los canallas del Círculo, el canalla del escritor y los canallas de los autores se han pasado 14 pueblos, no dos, El País no está dispuesto a unir su suerte a quien perpetra una obra teatral titulado "Me Cago en Dios" (que tal es el título), porque muchos de sus lectores pueden no tener conciencia y ser unos ateos recalcitrantes, pero, seguramente, tienen estómago.
Es decir, el polanquismo no se atreve a criticar la actitud de Esperanza Aguirre, que ha repudiado la obra en un comunicado público (bien por Aguirre). Pero, utilizando a los pogres más babosos de la casa, habla de "aguerrida Aguirre" y de la "nueva línea emocional". Polanco acostumbra a repetir que "sus chicos" son libres. Cuando se encuentra a alguna víctima de los linchamientos de "sus chicos", siempre repite la misma cantinela: "Es que mis chicos son libres. No soy yo quien se mete contigo, pero no puedo hacer nada por evitarlo". He aquí la mejor coartada del progresismo, la más hipócrita de todas: Soy tan respetuoso con la libertad de "mis chicos", que respeto hasta su derecho a la injuria. Naturalmente, si se tratara, no ya de una injuria, sino de una noticia que perjudicara lo más mínimo a Emilio Botín o a Carlos March, don Jesús no dudaría en coartar la libertad de "sus chicos". Porque, como decía aquel amigo, mientras cerraba en un diminuto círculo formado por los dedos pulgar e índice: libertad sí, pero dentro de este orden. Luego señalaba el círculo y sentenciaba: "De este orden".
Pues bien, yo creo que Aguirre debería retirar sus subvenciones al Círculo. Por cierto, el lunes 26 nos quedamos cortos. En efecto, era cierto que
Pues bien, en mi humilde opinión, Aguirre ha hecho lo más importante: repudiar una ofensa a la fe católica, mayoritaria entre los españoles. Es decir, Aguirre ha hablado. Por eso, la hipocresía progre se revuelve contra ella. En segundo lugar, no debería dialogar con el Círculo: lo que debería hacer es suprimir toda subvención a esta institución engendro, que es incapaz de rectificar. Los insultos a los cristianos que los pague Polanco.
En tercer lugar, dado que se judicializa la política, la economía y el arte, habrá que judicializar también la moral: a los tribunales con esta bazofia. Decíamos el lunes 26 que, tras la supresión del delito de blasfemia, obra insigne del nuevo Código Penal, el realizado por la actual vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de
Pero la cristofobia presenta otros avances. Hay que reconocer que el Cristianismo se ha convertido en el baluarte contra la cultura de la muerte, la imposición de la homosexualidad, la tendencia del hombre actual al suicidio o la abolición del hombre mediante un relativismo llevado a su extrema estupidez: es decir, a la tristeza actual.
Por tanto, la ofensiva de los cristófobos es global e intensa. Las injurias a los cristianos se perpetúan en series como "Los Serrano". Precisamente, en las series de televisión, es decir, el teatro del mundo actual. Y el teatro ha sido, hasta la aparición del cine, el arte más influyente de todos. Y es que los sesudos guionistas, a quienes premian nuestros editores, necesitan, como las niñas pijas de la calle Serrano, llamar la atención a toda costa. Como talento no tienen, hasta ahora han marcado la diferencia respecto a sus competidores utilizando el sexo. Pero, a día de hoy, tras 30 años de despelote sexual (perdón, de revolución sexual), hay que tener una imaginación poderosísima para inventar algún nuevo tipo de escándalo sexual. Hoy en día, ni la zoofilia, ni la pederastia, ni la necrofilia, "epatan" a nadie, ni tan siquiera a los colegiales. Así que hay que recurrir a la blasfemia. Ahí sí hay alguien que puede saltar: los únicos que creen en algo, los cristianos, que creen en Cristo.
En la radio, Gemma Nierga, cómo no, de
Otro detalle de cristofobia. Ahora el nuevo objetivo es Polonia, que el 1 de mayo ingresará en
Por supuesto que recelan del laicismo de
Supuesto y no admitido que Juan Pablo II haya apoyado al clero polaco, ya sería difícil que a Karol Wojtyla le sucediera un compatriota en la silla de Pedro.
Estamos en guerra: creyentes contra cristófobos. No contra-anticlericales, porque entre los cristófobos no son pocos aquellos en cuya vestimenta aún se recuerda la sombra de la sotana. La batalla es cultural, pero como todas las batallas culturales se plantea en todos los campos. Por eso, hay que felicitar a Esperanza Aguirre. Al menos, esta vez, sí.
Eulogio López