La reunión de los empresarios con el presidente del Gobierno era también una ocasión para hacer peticiones. Los fabricantes de automóviles aprovecharon la ocasión para pedir a Zapatero un mayor impulso al coche eléctrico a través de formación e I D. Ello implica inevitablemente más dinero, más inversión por parte de un Gobierno que ha puesto el acento en el recorte de gastos.
De cara a la galería, todos los gobiernos son partidarios del coche eléctrico, pero la fabricación se la llevará el país que se arriesgue a invertir. Ya que el Ejecutivo español se ha cerrado a nuevas subvenciones, los fabricantes esperan que, al menos, se invierta en coche eléctrico.
Como en el caso de las renovables, el Gobierno Zapatero podría volver a caer en el error de convertir España en un simple laboratorio de pruebas. Las empresas vendrían a la caza de la ayuda estatal y el beneficio resultante acabaría en otros países.
Mariano Tomás
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