Por primera vez en la historia hemos visto a un Papa responder en un diálogo televisivo sin precedentes, a siete preguntas formuladas desde siete lugares distintos del mundo a través de un video mensaje.
Conmueve la pregunta de una niña japonesa de siete años que ha vivido el terremoto y el tsunami en Japón que le dice: "no es justo que los niños sufran mientras en otras partes otros viven muy cómodos". Su Santidad Benedicto XVI ha saludado entrañablemente a la pequeña y ha asegurado: "yo también me lo pregunto". "No tenemos las respuestas pero sabemos que estáis sufriendo y estad seguros de que esto os ayudará". En este momento debéis saber que: "Dios os ama y está de vuestra parte". "En el mundo hay mucha gente que está haciendo lo imposible por ayudaros".
También voy a referirme a la segunda pregunta, la de una madre italiana que desde dos años cuida de su hijo en coma y le pregunta "¿el alma de este hijo mío, Francesco ha abandonado su cuerpo dado que no está consciente o todavía sigue con nosotros?".
A ésta madre, el Papa ha tenido una bonita metáfora: "Ciertamente el alma está todavía presente en el cuerpo. Esta situación es como la de una guitarra cuyas cuerdas están rotas y no se puede tocar, el alma no puede sonar pero sigue presente y este alma siente vuestro amor, a pesar de no comprenderlo".
Hoy, mejor que nunca comprendemos que nuestra meta es la Resurrección. Jesús nos adelantó a todos en ese Camino. Nuestro destino es el Cielo, no el dolor. El gozo eterno es un regalo, por tan poco…
Gracias, Santo Padre por querer estar cada día más cercano a todas nuestras dudas y desesperanza en momentos de dolor y sufrimiento.
María Muñoz