La siderúrgica Acerinox ha anunciado, en la mañana del miércoles 1, un adelanto de dos meses en la entrada en funcionamiento del nuevo tren de laminación del frío de Columbus Stainless (Sudáfrica). El tren elaborará bobinas de ancho 1.500 mm y comenzó su actividad el pasado 13 de agosto. El equipo fue suministrado e instalado por el consorcio japonés Sojitz-Mitsubishi-Hitachi-Toshiba y su eficacia ha permitido abrir las instalaciones dos meses antes de lo previsto.

 

El inicio de operaciones de este nuevo tren de laminación en frío completa el programa de inversiones de 138 millones de euros anunciado en noviembre de 2002, poco después de que Acerinox adquiera el 64% de Columbus Stainless Pty, Ltd a cambio del 6,8% del capital de la española, que tuvo que ampliar capital. La operación se financió con fondos propios y deuda financiada.

 

Desde la compañía se califica la operación de "normal", en la línea de ampliar inversiones para crecer de una manera sólida y estable con independencia del ciclo. Sin embargo, las condiciones de operación españolas no parecen las más adecuadas. Acerinox sufrió una huelga salvaje entre el 31 de enero y el 1 de marzo que paralizó la actividad industrial y que se cerró con un convenio laboral a 4 años. En Sudáfrica también tienen problemas con los 1.700 trabajadores de la planta, pero mantienen una relación "razonable" con los sindicatos.

 

Además, Acerinox ha tenido serias dificultades de suministro eléctrico porque en nuestro país cuando existen picos de demanda, el primero que sufren los cortes de suministro es el sector industrial. En cambio, en Sudáfrica, las inversiones en centrales térmicas permiten un suministro fiable y barato. Finalmente, en cuanto a los requerimiento medioambientales, en Sudáfrica existen unos requisitos "homologables" al estándar europeo, pero digamos que más "razonables".

 

Todo ello hace que Sudáfrica se haya convertido en un buen lugar de inversión para Acerinox. Actualmente, sólo dos españoles están permanentemente en el país, aunque el convenio de asistencia técnica permite que trabajadores españoles acudan a Sudáfrica a capacitar a sus técnicos o, de manera inversa, que los técnicos sudafricanos sean formados en las plantas españolas.