"¡Siento tanta repugnancia ante cualquier síntoma de violencia! Es lo que más repugnancia me produce en la vida... no soporto ver a dos personas pegándose y no me gusta ver a un padre dar un cachete a su hijo". Lo ha dicho el presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero en la fastuosa entrevista de doble entrega con el director de El Mundo, Pedro J. Ramírez. Combate de exhibición, porque ZP no es el mejor dialéctico de la historia, pero que sorprende por sus contradicciones. ¿Cómo es posible que la exquisita sensibilidad de ZP ante un cachete no le lleve a lamentar el acto violento de trocear un feto, para ser exactos 100.000, y desparramar las trozos en un contenedor de basura?      

El corazón del presidente sufre cuando ve a dos personas pegándose o un padre dar un cachete a su hijo. Quizás es porque nunca ha visto un aborto.

Eulogio López

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