Pataleta rusa por el escudo antimisiles de la OTAN en Cádiz
El anuncio lo hizo ayer el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que ha pasado en unos años de pacifista y anti-USA a militarista y pro-yanki. Hay que ver lo que hace la Moncloa, que a todos los que llegan con sus prejuicios políticamente correctos sobre el militarismo -véase Felipe González- les produce un no se sabe qué efecto por el que acaban como entusiastas de la OTAN, de EEUU y de las armas. Aunque en este caso, sean defensivas, como se encargaba de recordar esta mañana la jefa de campaña del candidato Alfredo Pérez Rubalcaba, Elena Valenciano: "Una guerra es una cosa y un sistema de defensa es otra". No vaya a ser que la bandera del pacifismo se les caiga antes de las elecciones del 20-N...
El caso es que esta mañana, los rusos se mostraban muy mosqueados por este acuerdo en el seno de la OTAN para albergar en la Bahía de Cádiz el sistema defensivo y lo tachaban de "inaceptable" porque tal decisión puede "afectar a la seguridad y a la estabilidad en la Europa Atlántica", sin "ninguna discusión colectiva previa" en la que se tengan en cuenta las opiniones de "todas las partes interesadas", decía el Ministerio de Defensa ruso en un comunicado.
La verdad es que en la protesta rusa se adivina cierta nostalgia por su otrora influencia en la geoestrategia mundial. Y suena a pataleta, pues los rusos saben que no pueden hacer nada y que la OTAN no les va a hacer ningún caso. Además, como decíamos, el escudo está pensado para proteger a Europa de la amenaza -también nuclear- de ataques de países como Irán o Corea del Norte.
Por otra parte, el Gobierno español ha cifrado la inversión estadounidense en nuevas infraestructuras para sus 1.100 militares "entre cinco y seis millones de euros", además de unos 51 millones de euros anuales en ingresos por consumo y otros 8,5 millones de euros al año por contratación de servicios. Hay que ver lo que dan de sí cuatro buques...
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com
La base naval de Rota, en Cádiz, se va a convertir en la sede del escudo antimisiles -cuatro buques dotados con el sistema de defensa antimisil AEGIS- que Estados Unidos y la OTAN quieren poner en marcha para hacer frente a la amenaza de ataques de países como Irán o Corea del Norte, ambos, como se sabe, gobernados por dirigentes de los que es mejor no fiarse.
El anuncio lo hizo ayer el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que ha pasado en unos años de pacifista y anti-USA a militarista y pro-yanki. Hay que ver lo que hace la Moncloa, que a todos los que llegan con sus prejuicios políticamente correctos sobre el militarismo -véase Felipe González- les produce un no se sabe qué efecto por el que acaban como entusiastas de la OTAN, de EEUU y de las armas. Aunque en este caso, sean defensivas, como se encargaba de recordar esta mañana la jefa de campaña del candidato Alfredo Pérez Rubalcaba, Elena Valenciano: "Una guerra es una cosa y un sistema de defensa es otra". No vaya a ser que la bandera del pacifismo se les caiga antes de las elecciones del 20-N...
El caso es que esta mañana, los rusos se mostraban muy mosqueados por este acuerdo en el seno de la OTAN para albergar en la Bahía de Cádiz el sistema defensivo y lo tachaban de "inaceptable" porque tal decisión puede "afectar a la seguridad y a la estabilidad en la Europa Atlántica", sin "ninguna discusión colectiva previa" en la que se tengan en cuenta las opiniones de "todas las partes interesadas", decía el Ministerio de Defensa ruso en un comunicado.
La verdad es que en la protesta rusa se adivina cierta nostalgia por su otrora influencia en la geoestrategia mundial. Y suena a pataleta, pues los rusos saben que no pueden hacer nada y que la OTAN no les va a hacer ningún caso. Además, como decíamos, el escudo está pensado para proteger a Europa de la amenaza -también nuclear- de ataques de países como Irán o Corea del Norte.
Por otra parte, el Gobierno español ha cifrado la inversión estadounidense en nuevas infraestructuras para sus 1.100 militares "entre cinco y seis millones de euros", además de unos 51 millones de euros anuales en ingresos por consumo y otros 8,5 millones de euros al año por contratación de servicios. Hay que ver lo que dan de sí cuatro buques...
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com