José Antonio Ortega Lara y Josu Ternera: no hay que confundir a la víctima con el verdugo
Lo dijo Pablo Casado tras su entrevista con Pedro Sánchez, justo cuando los periodistas orgánicos de La Moncloa –son legión- comparaban a Bildu con la ‘ultraderecha’ de Vox: “No es lo mismo el partido en el que milita Ortega Lara que el partido que aplaude a Josu Ternera”. Es como comparar al secuestrado con el secuestrador, al verdugo con la víctima. Y todo ello, dentro de la verdad, más primaria pero más ignorada, de que en España existen cuatro partidos progresistas (dos progres de izquierdas, PSOE y Podemos, dos progres de derechas, PP y Cs) y otro que podemos llamar conservador, Vox, que defienden una serie de principios que, por ser principios cristianos, la progresía imperante califica de “ultra”. Sí, el mester de progresía pretende colocar a cualquier convicción cristiana en el apartado ultraderecha.
El aparato de propaganda RTVE-Prisa ya está en marcha. Cada día más afinado
Por eso, hace bien Casado en aclarar las diferencias ente Ortega Lara y Josu Ternera, aunque haría mejor si extrajera del cajón de sastre progre a su propio partido, el PP.
En el entretanto, ese lobo con piel de cordero, que es Pedro Sánchez, estadista moderado de puertas afuera y depredador cristófobo de puertas adentro, hizo salir por dos veces a Adriana Lastra, su portavoz parlamentaria, experta en solemnizar el ridículo, hasta dos veces en el mismo día. Por la mañana, la asturiana no había sido lo suficientemente dura con Pablo Iglesias, patético en su petición de ministerios, ciertamente, pero al que avalan los hechos: el PSOE pretende que posibilite su investidura de la misma forma que se lo exige a Rivera o Casado: sin ofrecer nada a cambio, salvo aquello que el PSOE ya tiene planteado hacer suyo. Ya saben: eutanasia, ideología de género en las escuelas, asfixia económica de la Iglesia, etc…
En pleno delirio conceptual, doña Adriana, siempre deseosa de superar el primer grado de abstracción, llegó a afirmar que el PSOE es el único que no bloquea la investidura de Pedro Sánchez. Un gran avance sin duda: no bloquear a mi propio líder para repetir en Moncloa. Brillante, mi paisana astur.
El presidente del Gobierno ha roto con los independentistas catalanes mientras aplaude a los separatistas vascos
Ahora bien, no se equivoquen: Sánchez amenaza con elecciones en septiembre mientras insiste en la abstención de Ciudadanos en julio. Sí, de Ciudadanos, que es su principal objetivo, no de Podemos. Para un ‘estadista moderado’ como pretende ser el cabeza hueca de Pedro Sánchez, ir de la mano por Europa con ‘el coletas’ no hace… estadista.
Eso sí: le da a todas las manivelas y no ha abandonado la opción del frentepopulismo con el que ha gobernado desde junio de 2018. Ejemplo: no quiere saber nada con los independentistas catalanes –que ya huelen mal en el resto de España- y, si hay que pactar con ellos, que lo haga el PSC, esa segunda cara de la esquizofrenia socialista, pero sí con los indepes vascos del PNV. Algún día el PNV le traicionará, como hizo con Mariano Rajoy, pero ese día no tiene por qué ser mañana. Además, todavía les tiene que acabar de entregar Navarra.
Y si no, elecciones, que Iván Redondo José Félix Tezanos y José Luis Ábalos, los más listos de la clase, sus verdaderos hombres de confianza (¡qué curioso, no hay ninguna mujer!), le dicen que le permitirá ser una fuerza aún más hegemónica, tras unos nuevos comicios.
Además, para unas elecciones, el aparato de propaganda RTVE-Prisa ya está en marcha. Cada día más afinado.