- El consejero delegado confirma un recorte de 1.000 millones en las inversiones para el próximo año.
- ¿Qué pasará en España? VW da pocos detalles y el comité de seguimiento se reúne el 25 de noviembre.
- Con relación al plan previsto en el plan estratégico 2015-2020, supone un ajuste del 30%.
- La mitad de los 12.000 millones de inversiones irán a las 28 fábricas del consorcio en Alemania.
- La prensa germana desvela que los ejecutivos de VW ya sabían de irregularidades en el software antes del escándalo.
La multinacional germana
Volkswagen sigue su propio guión en la sacudida que le ha provocado el escándalo del
fraude en las emisiones de sus vehículos. A la par que se conocen nuevos detalles -siempre escabrosos- de sus trampas en el
software de sus motores, como que sus ejecutivos ya lo conocían antes de que incendiara la opinión pública, el fabricante sigue haciendo sus números.
Este viernes ha confirmado un recorte de 1.000 millones en sus
inversiones para 2016, que se sitúan ahora en 12.000 millones, un 8% menos que antes del escándalo. No obstante, el fabricante tenía previsto invertir, según el
plan estratégico 2015-2020, 17.100 millones por año y con relación a esa cifra el recorte de las inversiones es del 30%.
Pero el consejero delegado,
Matthias Müller, se ha ceñido a lo que sucederá en 2016 y, según el
comunicado, no se ha andado por las ramas para explicar cómo les ha cambiado el paso el escándalo. VW ya anunció a mediados de octubre un
drástico recorte en las inversiones.
"Nos estamos preparando para tiempos inciertos y volátiles", ha dicho Müller este viernes, y también ha reconocido que "lo que definitivamente no vamos a hacer es ejecutar recortes a costa de nuestro futuro". Por tanto, se limitará a priorizar "estrictamente, las inversiones planeadas y todo lo que no sea absolutamente necesario será cancelado o pospuesto", añadió.
Y es que nadie se le oculta que eso precisamente, el futuro, lo que está en juego, como reconoció quince días después de que se conociera el fraude masivo,
Hans Dieter Pötsch, sucesor de
Piëch en la presidencia del Consejo de Supervisión.
"El escándalo amenaza la propia existencia de la empresa", dijo.
Es ese mismo Consejo de Supervisión el que estudia cómo aplicar los
recortes en las inversiones en el grupo, formado por 12 marcas y más de 300 modelos. Müller ha dado muy pocos detalles en ese sentido, como que se dará prioridad al desarrollo de propulsiones eléctricas en las marcas
VW,
Audi y
Porsche o que la mitad de las inversiones irán a las 28 factorías del consorcio en Alemania.
Si el recorte de inversiones afecta a España se verá en la próxima reunión del grupo de coordinación y seguimiento de las inversiones de VW, creado el 13 de octubre y cuya próxima cita es el 25 de noviembre, con la participación de representante del grupo.
El diario
Wall Street Journal recuerda en su edición de este viernes que han pasado dos meses desde que estalló la crisis y Volkswagen aún está en busca de una respuesta. Desde entonces, lo único que se sabe es que se ha enzarzado en un amargo debate con los
reguladores americanos, que ha irritado, y no poco, al Gobierno alemán, que han levantado todo tipo de sospechas en las autoridades europeas, que ha tenido que provisionar 6.700 millones de euros y que su capitalización bursátil ha caído un 37%.
En fin, no es poco, a lo que un amplio frente legal por pleitos, por
demandas colectivas, y las
multas que seguirán. Según los analistas, el quebranto económico por esa vía puede alcanzar los 40.000 millones de euros.
Y a la espera de nuevos sobresaltos, el diario germano
Handelsblatt informa este viernes que ejecutivos de la dirección de Volkswagen admitieron las irregularidades en el software de sus vehículos un mes antes de que estallara escándalo a mediados de septiembre.
Rafael Esparza
rafael@hispanidad.com