Teresa Ribera y Salvador Illa
Faltaba la vicepresidenta cuarta del Gobierno, nuestra talibana-ecologista, doña Teresa Ribera. Y es que cuando la gente está histérica ante el virus no está como para preocuparse por el planeta. Pero he aquí que estamos viviendo otra batalla perdida por el sentido común frente a la pandemia que nos asola. Por mor del pánico histérico que nos circunda, supongo.
Y así, cuando Pedro Sánchez ha soltado un poco, sólo un poco, la cadena con la que nos ata, le ha faltado tiempo a su vicepresidenta verde, verdísima, para saltar a escena con una serie de mensajes que en otros tiempos sobrarían para entregar a cualquiera al loquero. Ahí van:
La primera sorpresa -y las resume a todas- que nos hemos llevado con la comparecencia dominical de los ministros Salvador Illa y Teresa Ribera ha sido comprobar cómo a la vicepresidenta cuarta del Gobierno Sánchez le encanta el coronavirus: más calidad del aire, menos coches, ciudades con aceras más anchas y carriles-bici, teletrabajo impuesto en tiempo récord: ¡esto es jauja!
El coronavirus es mi amigo, dijo el planeta: sólo mata al hombre, mi depredador. Ni a las mascotas molesta
A doña Teresa, como buena retórica, que es, le encanta convertir la teoría en práctica, aún cuando se trate de teorías tan majaderas que resulte imposible, o al menos extraordinariamente peligroso, llevarlas a la práctica.
Igual da. La talibana eco-panteísta del Gobierno Sánchez propone una economía verde para salir de la recesión económica, no del Covid-19, sino del confinamiento. O sea, más gasto publico y mas deuda. A Sánchez e Iglesias tampoco se les ocurre otra idea que la habitual del marxismo: subvenciones públicas, sistema también conocido como reparto de la miseria y embargo preventivo de la próxima generación. ¿Y con que se paga todas esas subvenciones? Fabricando dinero, naturalmente.
En pocas palabras: al que no mate el virus, le arruinará Sánchez.
Illa ya advierte que el confinamiento seguirá más allá del 9 de mayo. Se trata de habituar a los españoles a la esclavitud
Pero en las meninges de doña Teresa anida una idea aún más formidable: consiste en que el coronavirus es nuestro amigo. Dijo el planeta (el planeta tierra): el coronavirus sólo mata al hombre, mi depredador. Ni a las mascotas molesta, sólo al pérfido humano. Incluso es feminista, dado que estadísticamente está atacando más a los varones que a las mujeres.
Lo dicho: el Covid-19 es amigo, no enemigo. Todo ello después de expresar nuestra condolencias por los fallecidos y nuestra solidaridad con nuestros héroes sanitarios, naturalmente: Ribera ha sido educada en colegio de pago.
Por su parte, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, ya advierte que el confinamiento seguirá más allá del 9 de mayo. Se trata de habituar a los españoles a la esclavitud.