- La filial británica de Telefónica se convierte en la vergüenza, antiespañola, de Europa.
- Pallete: "Por razones empresariales" no se entiende. Hutchison ha hecho "todo lo que podía hacer".
- Posibles soluciones: sacar a bolsa O2, Telxius y la venta de activos, o bien luchar por la convergencia en Gran Bretaña.
- France Telecom y Deutsche Telekom no tuvieron pegas para entrar en British Telecom: los 'dogos', sí.
- Y franceses y alemanes lo hicieron con la misma fórmula ideada por Pallete.
"Todo patriota español debería mear mirando a Inglaterra". La frase corresponde a
Blas de Lezo, el heroico marino español, que casi falto de un brazo, derrotó a la armada británica frente a las costas de
Cartagena de Indias. Lo cierto es que la venta de la filial británica de Telefónica,
O2, a los chinos de Hutchison, incomprensiblemente, va a ser prohibida por las autoridades antimonopolio de Bruselas pero, sobre todo, a instancias de la Autoridad de Competencia y Mercados del Reino Unido (
CMA, en inglés). Y no será Bruselas quien se atreva a decirle nada a los ingleses que ahora amenazan con el
Brexit. El caso es que
Telefónica ideó un plan para hacerse con
British Telecom (BT), o con una participación. Los ingleses se negaron y le concedieron eso mismo, el mismo plan ideado por
Pallete, a los franceses de
France Telecom y a los alemanes de
Deutsche Telekom. No querían 'dogos' (españoles) en sus grandes empresas a pesar de que la mejor oferta era la de
Telefónica.
Pero la persecución no acabó ahí. Al prohibirle la entrada en
BT, Telefónica decidió poner a la vente
O2, una empresa líder pero no convergente. Es decir,
sin posibilidad de ofrecer internet y televisión junto a su telefonía móvil. Luego fue un acierto lo de los chinos para venderles O2 por 13.000 millones de euros. Con ello, Telefónica habría conseguido reducir su deuda,
su principal problema, pues supera los 50.000 millones de euros.
Y entonces es cuando los ingleses presionan a Bruselas para que… tampoco pueda colocar
O2. Es lo que se llama ganas de fastidiar. La filial británica no puede ni crecer
ni hacer caja para Telefónica.
Y en estas es cuando a
José María Álvarez-Pallete (
en la imagen) se le agota toda la paciencia: el pasado viernes 29 aseguró ante los analistas que no "existían razones empresariales" para prohibir (interponer dificultades insalvables)
la venta de O2. Y también dijo que Hutchison hizo "todo lo que podía hacer" para hacerse con O2. En definitiva, los británicos y los europeos están actuando por puro anti españolismo cerril. No cabe duda de que
la acusación es fuerte.
En resumen: en
Telefónica dan la batalla por perdida y se preparan para adoptar alternativas. Entre ellas, la siguiente: seguir con O2
y sacar una parte del capital a bolsa. Es la mejor manera pero es lenta. Dos: sacar al parqué activos con los que
reducir deuda, como se está haciendo con
Telxius, y que se puede hacer con otras filiales. Hay una tercera posibilidad: conseguir lo que no se consiguió con
British Telecom, es decir, que O2 pueda ofrecer una oferta convergente de fijo, móvil, internet y televisión. Y seguir compitiendo en el
mercado británico. Pero el problema es que con este precedente
a nadie le apetece repetir. En cualquier caso, Bruselas se está luciendo y la Europa de las telecomunicaciones no termina de ser una realidad.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com