Trump misiles
El presidente de EEUU, Donald Trump, advirtió ayer miércoles a Rusia de que se prepare para una ofensiva con misiles en Siria como represalia por el presunto ataque químico del pasado fin de semana en Duma. "Rusia promete derribar todos y cada uno de los misiles contra Siria. Prepárate Rusia, porque van a ir bonitos, nuevos e inteligentes", exclamó el presidente estadounidense desde su cuenta de Twitter. Además, Trump reprochó a Rusia que se asocie "con un animal que mata con gas a su gente y disfruta".
Por ello, las fuerzas gubernamentales sirias están evacuando sus bases principales en el país, según activistas, recoge La Vanguardia.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos apuntó que los efectivos leales al Gobierno sirio están vaciando los aeropuertos y las bases más importantes, mientras continúan en estado de alerta, en cumplimiento de las órdenes de su comandancia.
La Sociedad Médica Siria Americana (SAMS, en sus siglas en inglés) y la Defensa Civil Siria, ambas organizaciones apoyadas por EEUU, aseguraron que al menos 42 personas fallecieron el sábado con síntomas de haber sufrido un ataque con sustancias tóxicas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), por su parte, dijo que alrededor de 500 personas habían sido tratadas por “signos y síntomas consistentes con exposición a químicos tóxicos” tras el presunto ataque con gas tóxico en un enclave rebelde sirio.
Rusia y Estados Unidos chocaron el martes en Naciones Unidas por el presunto ataque con gas ocurrido el fin de semana en la localidad siria de Duma. Washington y sus aliados están considerando una contraofensiva militar que podría comenzar en las próximas horas mientras Damasco negaba las acusaciones.
El 6 de abril de 2017, Trump ordenó lanzar decenas de misiles contra la base aérea siria de Al Shairat, en la provincia central de Homs, como represalia por el ataque químico en la localidad de Jan Shijún, donde murieron más de 80 personas y del que la ONU culpó al Gobierno de Damasco.
En cualquier caso, el mundo tiembla, porque por vez primera en décadas se percibe un posible enfrentamiento directo entre Moscú y Washington.