- En España sigue la atonía. Tanto que se ha visto obligada a adquirir Gamesa para aumentar negocio, contrario a su práctica de no comprar.
- La multinacional, que protagonizó uno de los escándalos de corrupción más sonados en 2006-2008, mejora su previsión anual.
- En nueve meses, ha ganado 4.298 millones y espera cerrar el año en 5.525 millones. Por eso sube en bolsa.
El gigante germano
Siemens aumentó su
facturación un 6%, hasta 57.691 millones de euros, entre octubre y junio (sus tres primeros trimestres del año fiscal), pero redujo su
beneficio neto un 32%, hasta 4.298 millones. La empresa lo justifica por la ausencia de extraordinarios por desinversiones de 2015, pero hay que recordar que está en
pleno ajuste: una reducción de costes de 1.000 millones y el recorte de un 2,3% de la plantilla.
Eso no quita que haya que coger siempre los resultados de Siemens con calzador: es difícil olvidar que entre 2006 y 2008 protagonizó uno de los
mayores escándalos de corrupción de la historia empresarial de Alemania. Durante esos años, se encontraron pagos dudosos de 1.300 millones de euros y fue obligada a pagar multas por unos 1.200 millones de euros.
El aumento de las
ventas, no obstante, está por debajo de lo esperado por los analistas, aunque con un resultado mejor en su
actividad industrial ( 5%). Con todo, Siemens revisó al alza su previsión de beneficio para el conjunto del año, hasta 5.525 millones de euros, y eso ha sentado muy bien a su cotización en bolsa (sube en torno al 4%). Lo ha anunciado, orgulloso, el presidente de Siemens desde 2013,
Joe Kaeser (
en la imagen).
Para ello ha tenido en cuenta la entrada de pedidos, que ha aumentado un 12,8% (a 66.155 millones), especialmente en las divisiones de Electricidad y Gas y de Renovables, y el beneficio en el último trimestre ( 2%).
Es en esta última división (la de Renovables) donde espera empezar a contar con
Gamesa, con una operación que contradice, paradójicamente su práctica habitual de no comprar, fiando su negocio a la generación de pedidos de sus divisiones. Y además,
perjudica a España.
De hecho, la multinacional se ha hecho eco de los acuerdos vinculantes con Gamesa para fusionar el negocio de energía eólica de Siemens, incluidos servicios, con la empresa española. La alemana tendrá un 59% de las acciones de la empresa combinada.
En
España, además, las reticencias con la multinacional proceden del trato privilegiado en los contratos públicos (de ahí sus afinidades con el Gobierno de turno). La situación, en época de
vacas flacas como la actual en ese aspecto, ya no es la misma. De ahí el proceso de ajuste en el que está inmersa, con drásticos recortes de empleo, en Alemania y otros países (también España).
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com