El Banco Central Europeo (BCE) y la Autoridad Bancaria Europea (EBA) han logrado enervar -debilitar por nervios, vulgo cabrear- a los dos mayores bancos españoles
El Banco Central Europeo (BCE) y la Autoridad Bancaria Europea (EBA) han logrado enervar -debilitar por nervios, vulgo cabrear- a los dos mayores bancos españoles: al Santander y al BBVA.
Curioso, a ambos por parecidas razones. Además, en BBVA señalan más directo y con un pelín más empuje al Santander. En el punto de mira están dos españoles: el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, y el presidente de la Autoridad Bancaria Europea (EBA), José Manuel Campa.
Todo el sector bancario advierte sobre una amenaza real de que se dispare la morosidad, en cuanto se retire la anestesia a la economía
Motivo de irritación creciente: Somos entidades privadas, propiedad de nuestros accionistas, aseguran y, a más a más, “el supervisor no puede darnos órdenes salvo en lo que respecta a la solvencia, pero lo está haciendo”. Otros directivos son más finos pero dicen lo mismo: el supervisor “no puede entrar en nuestro modelo de negocio”. Si preguntas de qué hablan, en BBVA ponen un ejemplo de las zonas del mundo donde deben invertir y de cuales deben retirarse, en clarísima alusión a Turquía.
Las entidades han perdido cualquier esperanza de un aumento del precio del dinero… para muchos años
Según ambos bancos, si la rentabilidad se ha despeñado en el sector, la causa se debe al precio del dinero, que decide, precisamente, el BCE, al otro lado de las presuntas murallas chinas entre Lagarde y Guindos y el comandante inspector en jefe, Andrea Enria. Pero lo que son las cosas en banca nadie se cree lo de las murallas chinas en el seno del BCE. Además, en el BBVA se preguntan algo más: ¿para qué sirve la EBA?
En Fráncfort soplan vientos podemitas: una especie de convicción de que la banca es un sector público, casi político, y como tal debe ser tratado. Respuesta bancaria: la inspección nunca ha sabido gestionar
Al final, la acusación es la misma: el supervisor debe ocuparse de la solvencia, no de señalar cómo hay que aumentar la rentabilidad. Y una muletilla: la inspección nunca ha sabido gestionar.
En el BBVA aseguran que en Fráncfort soplan vientos podemitas: una especie de convicción de que la banca es un sector público, casi político, y como tal debe ser tratado.
Una pregunta: ¿para qué sirve la EBA?
A eso unan que las entidades, en todo el sector bancario, han perdido cualquier esperanza en un aumento del precio del dinero… para muchos años.
Por lo demás, todo el sector bancario, no sólo Santander y BBVA, advierte sobre una amenaza real de que se dispare la morosidad, en cuanto se retire la anestesia a la economía. Y eso sí que puede acabar en crisis. Los créditos ICO no son una excepción, ni mucho menos. Ante una mora disparada como la que se prevé, ni el 70% de recuperación de los créditos con aval ICO puede sostener un banco en pie. ¿O es que hemos olvidado que toda mora que supere el 10% supone un peligro cierto de quiebra?