González Bueno, Carlos Ventura, José Nieto y José Luis Abelleira
César González-Bueno, nuevo CEO del Banco Sabadell, se está comportando como un hombre tranquilo… capaz de hacer una revolución silenciosa.
Por de pronto, sin un aspaviento, ha dividido en tres la entidad. Cuando digo dividir digo que el Sabadell tendrá a partir de ahora tres cuentas de resultados distintas, porque si algo ha aprendido don César en sus viajes por todo lo largo y ancho de este mundo, es que lo primero que hace un ejecutivo cuando se le encarga una labor es preparar a quién echar la culpa si algo va mal.
Para evitar tal cosa, ha dividido el Sabadell en tres secciones: particulares, empresas y banca corporativa. Al frente de estos dos últimos dos veteranos del Sabadell: Carlos Ventura y José Nieto (procedente de Banca March). Para la primera, Particulares, se ha traído a José Luis Abelleira.
Ese banquero gallego comenzó su carrera en Caixa Vigo, como comercial. González-Bueno le valora mucho.
Cuando el CEO actual del Sabadell era CEO de Abanca con José María Castellano, González-Bueno convirtió a Abelleira en el CEO de Evo Banco, una especie de ING Direct aunque para economías medias, segregado de las cajas de ahorros gallegas. Abelleira es el propulsor de Evo, que luego se traspasó al fondo super-especulativo Apollo y en parte, a posteriori, a Bankinter.
Bueno incluso se llevó consigo a Abelleira hasta Kuwait (Gulf Bank). El problema es que la familia Abelleira no se acomodó en Kuwait, no entiendo por qué. Ahora estaba como número uno del Pichincha, que no es un equipo de fútbol sino el mayor banca ecuatoriano, con presencia en España.
Es decir, que hablamos de un especialista en banca comercial y en banca digital; justo lo que quiere Bueno; convertir al Sabadell en de algún modo, con distintas características, en lo que ha constituido su gran éxito profesional: ING Direct.
Pero lo más llamativo es que cada una de esas tres divisiones, Abelleira, Nieto y Ventura, tendrán su propio equipo de apoyo corporativo, sólo suyo y, lo que es más importante, su propia cuenta de resultados. Vamos, que cada palo aguantará su vela. Un proceso de competencia interna que no admite aquello de “yo no salgo guapo en la foto pero es por tu culpa, querido compañero”.
Por lo demás, Sabadell y Caixabank afrontan dos originalidades, dos presidencias, las primeras en la gran banca española, no ejecutivas: Goirigolzarri en Caixabank y Oliu en Sabadell.
Y ahora el asunto está en saber si Gonzalez-Bueno conseguirá transformar el Sabadell en un banco digital, porque no es lo mismo que con ING Direct, donde se partía de cero que con un banco vetusto, producto de la absorción de no menos de una decena de entidades y con años de historia a sus espaldas.
Eso sí, el Sabadell ya no es objeto de compra: ahora tiene un proyecto en solitario y no depende de las decisiones del BBVA. Eso es importante.