Naci Agbal solo ha permanecido cuatro meses al frente del Banco Central de Turquía, el tiempo que ha tardado en tomar una decisión contraria a los deseos de Recep Tayyip Erdogan. Efectivamente, la semana pasada, Agbal subió el tipo de interés (del 17 al 19%) para contener la inflación que en febrero llegó hasta el 15,6%.

Todo bien hasta que se enteró el presidente Erdogan -persona con una capacidad para el diálogo fuera de lo habitual, como todo el mundo sabe-, que le cesó inmediatamente, provocando el desplome de13% de la lira turca, este lunes que, a su vez, ha arrastrado a la cotización del BBVA con una caída superior al 7%.

Turquía es el tercer mercado del banco que preside Carlos Torres, solo por detrás de México y España. No en vano, Garanti, del que el BBVA controla el 49,8%, es el segundo banco privado más grande del país y el quinto si incluimos las entidades públicas.

Torres, al igual que hizo Francisco González (FG), siempre ha mostrado una gran confianza en la economía turca, a pesar de todo. La última vez fue a finales de enero, durante la presentación de resultados anuales del banco. El presidente del BBVA advirtió de “volatilidad” en el país, pero aseguró que tenía “plena confianza” en el nuevo gobernador del banco central, así como en el equipo del Ministerio de Economía, también nombrado recientemente.

El problema, sin embargo, no es ni el gobernador ni el ministro, sino el presidente Erdogan.