Repsol negocia con diligencia la compra de ciclos combinados pero no ha atado la adquisición de ninguno
Repsol quiere ser una potencia en ciclo combinado y por eso analiza la compra de 23 de las 67 plantas que hay en España. El frente de negociación es amplio pero no se ha cerrado todavía en ningún caso, ni con los fondos de inversión, que controlan Viesgo, por ejemplo, ni con las pequeñas empresas propietarias.
La prueba está, según fuentes consultadas por Hispanidad, en que ni la propia CNMV ha pedido información a la petrolera para que explique en qué situación se encuentran las negociaciones en curso, cosa, por otra parte, que tampoco suele hacer salvo que tenga indicios de lo contrario.
Como explicó Imaz al presentar el plan estratégico 2018-2020, a Repsol le interesan activos de generación, no empresas, para abrirse terreno en un nuevo negocio integrado de gas y electricidad de bajas emisiones y fuera de los mercados regulados. En esos planes, por tanto, no está Viesgo, que incluiría dos plantas térmicas de carbón, que Repsol no quiere ni en pintura (Los Barrios y Puente Nuevo), pero sí sus dos plantas de ciclo combinado (Bahía de Algeciras y Escatron).
La venta de plantas es un problema para las grandes eléctricas por las dotaciones a las que obligarían las minusvalías
Esas negociaciones siguen su curso, aunque no están cerradas -en el caso de Viesgo con los fondos australiano Macquarie y el kuwaití KIA-, del mismo modo que el resto de interlocutores en las otras plantas.
Repsol no contempla, en cualquier caso, como ya apuntamos al informar de que quiere ser una potencia en ciclo combinado, que no están en esa lista las plantas de Gas Natural (18), Iberdrola (14) o Endesa (12) por el quebranto contable que tendría para esas eléctricas. Les obligaría a fuertes dotaciones por las elevadas minusvalías que aflorarían, debido a la gran diferencia entre la inyección de inversiones y el precio actual de venta. Costó construir cada una entre 500 y 600 millones y hoy entre 50 y 100 millones.
Esa es precisamente la circunstancia que quiere aprovechar Repsol para conquistar ese nicho y convertirse en una nueva eléctrica española, con una cuota de mercado del 5%, con la que superaría a Viesgo y rozaría a EDP.