- Y el de la sobreabundancia de la Gracia.
- El año de la profanación eucarística y de la blasfemia contra el Espíritu Santo.
- Para el PP, es el año en que Mariano Rajoy continúa en el poder. Sólo eso.
- ¿En qué ha quedado el PSOE? En progre-capitalismo.
- ¿En qué queda Podemos? En la lucha contra el patriarcado machista y contra el Rey, que también es machista.
- Para Rivera, Ciudadanos es el nuevo proyecto, el nuevo país, el nuevo orden. Es lo nuevo.
Para don Albert Rivera, Ciudadanos es lo nuevo, el nuevo proyecto, para un nuevo país. Con el pintoresco entusiasmo de quien siente afecto por el progreso, algo raro para el común de los mortales con excepción de la derecha progresista.
El balance del año 2017 que perpetra Podemos es mucho más curiosa: 2017 ha sido el año del patriarcado machista y de la monarquía, que, miren por donde, también es machista.
El PSOE, con Sánchez escondido, lo que genera una movimiento de votos ligeramente al alza, tiene un programa clarísimo de Gobierno: el PP lo hace fatal. Ergo, Sánchez debe ser presidente. Progresismo y capitalismo bajo el paraguas socialista. Nadie sabe en qué ha terminado el PSOE aunque algunas sospechan que en una maquinaria de poder. Igualito que el PP.
Y don Mariano Rajoy ha decidido que lo mejor es comparecer mucho ante los medios y no decir nada. Su principal conclusión es que España va bien, que el Gobierno marcha mejor y que cuando llueve escampa, junto al único compromiso moral que se le conoce a don Mariano desde que vive en La Moncloa: la lacra, sí, lacra, de la violencia de género.
Al final, lo que le importa al partido gobernante es algo muy simple: que Mariano Rajoy siga en el poder porque así, ellos también seguirán en el poder.
Esta es la clase política que tenemos, más corta que los rabos de higo.
Porque en el mundo suceden cosas mucho más importantes. Por ejemplo, en el mundo ha estallado la guerra civil universal. Entiéndanse, la violencia se ha disparado en el mundo y la guerra terrorista, tan parecida a la guerra civil, pues el vecino puede ser tu enemigo letal, y porque los civiles no son un efecto colateral: constituyen el objetivo principal.
Un tipo de guerra que sucede en todos los continentes. Es guerra civil, terrorista, universal. Los motivos son muchos: religiosos (último atentado en una iglesia cristiana copta de Egipto, con 10 muertos). Yihadistas, hinduistas, agnósticos, amargados y cristófobos militantes (entre estos, ni un solo ateo). Es la III guerra mundial por trozos.
En la raíz de todo esta violencia creciente, violencia civil, está un espíritu de profanación, sobre todo de profanación eucarística, que se ha extendido por todo el planeta. En el plano moral –y sin ese plano nada se sostiene en pie- 2017 ha sido el año de la profanación eucarística y de la blasfemia contra el Espíritu Santo. Es decir achacar a Dios las obras del demonio y viceversa. Es decir, trocar el bien por mal y el mal convertirlo en bien: la perversión suprema.
Visto así, el panorama sería para asustar ligeramente. Ahora bien, en medio de esta apostasía general, que recuerda aquello de "cuando vuelva el hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?", 2017 también es el año de la sobreabundancia de la Gracia de Dios. La mayor crisis de la Iglesia de Cristo, coincide con la etapa sobreabundancia de gracia, revelaciones extraordinarias y una misericordia derramada por el mundo en dosis hasta hoy desconocidas.
No lo duden: 2018 resultará apasionante. No habrá tiempo para aburrirse.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com