Jorge Pérez de Leza, CEO de Metrovacesa, inmobiliaria que regresó a bolsa en febrero de 2018
Metrovacesa no logra salir del agujero, pero este no se limita a los resultados económicos (siguió en pérdidas en 2019, aunque inferiores), sino que también se puede ver en la cotización. De hecho, parece que sus dos principales accionistas -el Banco Santander (49,36%) y BBVA (20,85%)- no acertaron al sacarla a bolsa: desde el 6 de febrero de 2018, la cotización se ha depreciado casi un 70%, pasando de 16,5 euros a 4,99 euros.
Y en esto no ha contribuido el desplome que viven los parqués por el desplome del petróleo y la pandemia del coronovirus. En concreto, desde principios de año, la acción se ha devaluado un 44%; y desde el pasado 17 de febrero, un 48%. Y esto supone perder millones de euros, pues la capitalización al cierre de 2019 estaba en 1.327 millones y ahora se sitúa en 756,87 millones. Según La Información, el Santander ha perdido 266 millones y el BBVA, 112, en lo que va de año, pero la cifra es superior si nos remontamos a la salida a bolsa, cuando la capitalización de Metrovacesa era de 2.502 millones.
El tercer accionista de la inmobiliaria, el empresario mexicano Carlos Slim, parece que tampoco acertó al entrar en el capital: la acción vale un 47% menos respecto al 5 de febrero, cuando se conoció que Inversora Carso se hacía el 3%. Algo que puede estar entre las razones que han motivado a Slim a elevar su participación hasta el 5,49%.
Eso sí, a pesar de las pérdidas y de la depreciación bursátil, Metrovacesa tenía previsto repartir un dividendo de, al menos, 70 millones. Una ciftra muy similar a la de su deuda, que se situó en 78 millones en 2019, casi duplicando la del año anterior (41 millones). La aprobación o el rechazo corresponderá a la Junta de Accionistas... si no hay ninguna decisión previa dada la epidemia del coronavirus.