Inmarsat, operador de satélites británico, tiene nuevos dueños: un consorcio internacional formado por cuatro fondos
Los fondos de inversión han vuelto a poner sus ojos en el mundo de los satélites, tras haberlos dejado de lado para entrar en empresas de telecomunicaciones, quizás atraídos por su buen precio y su potencial futuro dado el fuerte auge de las nuevas tecnologías. Y lo hacen con un consorcio (denominado Triton Bidco) formado por el fondo británico Apax Partners, el estadounidense Warburg Pincus Internacional y los canadienses Consejo de Inversión del Plan de Pensiones de Canadá (CPPIB) y Consejo del Plan de Pensiones del Profesorado de Ontario (OTPP).
Triton Bidco ha adquirido el operador de satélites británico Inmarsat por 3.000 millones de euros. Entre las razones está un modelo de negocio que se caracteriza por ingresos predecibles gracias a contratos a largo plazo con gobiernos y otros clientes financieramente seguros, así como su potencial para el negocio de conectividad en vuelo para la aviación comercial y en la búsqueda de maximizar las oportunidades globales del Internet de las Cosas (IoT).
Pero los integrantes de este consorcio no han sido los únicos interesados en Inmarsat. La compañía pública estadounidense dueña y operadora de una flota de satélites EchoStar y el operador francés Eutelsat también intentaron llevarse el gato al agua el año pasado, pero la primera fue rechazada por minusvalorar a Inmarsat y el segundo se retiró de la puja. Ahora se han resuelto las conversaciones iniciadas en enero, cuando Inmarsat sintió la presión de la competencia, tanto de antiguos (Viasat) como de nuevos (One Web, respaldada por Richard Branson, o Space X, de Elon Musk) rivales: la acción de Inmersat lo celebraba con un alza del 8% en los primeros compases del día en la bolsa de Londres y además, su sede se mantendrá en Reino Unido.
Y ojo, porque los fondos no son los únicos interesados en satélites: recuerden que Red Eléctrica se hizo el mes pasado con Hispasat por 949 millones, pues su presidente, Jordi Sevilla, apuró para llevársela a un precio inferior al que pedían sus dueños y ahora presume de ello.