- Kaeser aplica el esquema de Villalonga en su etapa de Telefónica: las partes valen más que el todo.
- Necesita liquidez (coloca entre el 15% y el 30% de Healthineers) y recortar los gastos de estructura.
- La globalización no ha funcionado con los oligopolios en ingeniería, como Siemens o General Electric.
- El gigante alemán quiere refugiarse en negocios más rentables, que combina con ajustes: miles de despidos y cierre de plantas.
El plan de
Siemens para sacar a bolsa su filial de salud,
Healthineers, en 2018, es la punta del iceberg de la
restructuración del gigante alemán, instalado en una crisis permanente, con el señuelo de que
las partes valen más que el todo, el mismo que puso en marcha
Juan Villalonga durante su etapa al frente de
Telefónica.
Es una huida hacia adelante, comandada por el presidente ejecutivo,
Joe Kaeser (
en la imagen) con dos precedentes cercanos:
Gamesa, en el negocio eólico, y la fusión con
Alstom, en el negocio ferroviario.
Kaeser seguirá en el cargo, al menos, hasta 2021; es decir, dispone de margen para emprender un
giro corporativo que consiste en soltar lastre en la propiedad de las filiales hacia una estructura de
holding.
Dicho de otro modo:
reducción de gastos en la estructura combinada con la obtención de
ingresos, como los que lograra con la
colocación en bolsa de entre el 15% y el 30% de Healthineers, para mejorar su posición de
liquidez (hasta 40.000 millones) y tesorería. Cotizará en
Fráncfort, no en Nueva York, en la mayor OPV en Alemania desde
Deutsche Telekom, en 1996.
A esa idea guía se une otra, que pasa por centrarse en negocios concretos, como la automatización industrial y el negocio digital, abandonando progresivamente otras divisiones, como ha hecho al vender
Osram, su filial de iluminación.
La facturación de Siemens, en torno a 80.000 millones de euros anuales, tiene tres fuentes: Healthineers (26% del Ebitda), por delante de
Energía y Gas, (18%) y
Digital Factory e
Industrias y Procesos (3%).
La más afectada por el
ajuste, la otra guadaña puesta en marcha por Kaeser, es la de Energía y Gas, en la que despedirá a casi 7.000 personas, con la supresión
cierre dela mitad de las plantas (11 de 23). Es, en fin, otra medida drástica que sigue a otra en el mismo sentido, hace dos años, cuando anunció un
recorte de 7.800 empleos. Pero si echamos la vista más atrás, a 2013, el recorte de empleo asciende ya a 13.000 personas.
Es la
prueba de la crisis de las grandes ingenierías que han querido abarcar demasiado, funcionando como grandes
oligopolios (
General Electric es otro ejemplo) aunque han salido escaldados.
Paradójicamente, la
globalización no ha funcionado en esos negocios excesivamente concentrados que se han encontrado con una competencia feroz de
empresas más pequeñas y más especializadas.
Rafael Esparza