- Después de años protestando contra la banca en la sombra, se han convertido en eso: banca en la sombra.
- Tampoco han superado la crisis de 2007: han menguado en la misma medida que dejaban la banca doméstica por la de inversión.
- Y la banca de servicios por la gestión de activos. Pero con ese modelo sobra 'el 90%' de la plantilla bancaria.
- John Cryan (Deutsche) tomó en julio el mando de un modelo fracasado: por eso dimitieron los dos ex copresidentes.
- Y el primer banco italiano también se repliega del exterior, como el gigante alemán: no pueden sostener la red.
- Deutsche Bank reduce su plantilla en 23.000 personas, hasta 75.000, y Unicredit despedirá a 10.000, el 7% de la plantilla.
El presidente de
Deutsche Bank,
John Cryan (
en la imagen), lleva algo más de dos meses en el cargo, pero fue muy claro desde el principio al plantear la profunda renovación que necesita el primer grupo bancario alemán.
El británico Cyran dijo, en concreto, que los costes eran "inaceptables", lo que fue interpretado de inmediato por la plantilla como un aviso del recorte que llegaría y que ahora se concreta: afectará a 23.000 personas, el 25% de la plantilla.
Paralelamente, otro banco, el primero de Italia,
Unicredit, planea una medida similar, pero no tan drástica: despedirá a 10.000 trabajadores, el 7% de la plantilla.
El problema de Deutsche Bank, en concreto, no es sólo de recortes sino de modelo, y en esas turbulencias han jugado también lo suyo los numerosos
procesos judiciales y cuantiosas
multas por
prácticas bancarias irregulares.
Y es que el Deutsche Bank está en crisis desde hace mucho tiempo y, como Unicredit, es de los bancos que no se han recuperado de la
crisis financiera de 2007, lo cual está relacionando directamente con el modelo de banca por el que optaron, el de inversión y gestión de patrimonios -la banca para ricos-, olvidando el negocio de siempre, la banca doméstica y de servicios.
Y ese es el
modelo en el que ha fracasado y que se traduce ahora en drásticos recortes de plantilla. Es lo mismo, en otra latitud, de lo que le ocurrió
al británico HSBC, tan entrampado como el Deutsche en las prácticas de banca especulativa.
Dicho de otro modo, el Deutsche, y en menor medida Unicretit, abandonaron hace tiempo la banca al por menor, no tan rentable, sin ahorrar, por cierto, críticas a la competencia que les planteaba la
banca en la sombra (los fondos de inversión). Pero acabaron convirtiéndose, paradójicamente, en una herramienta más de esa misma banca en la sombra.
Por ese motivo los dos bancos se replegarán en algunos países. Y es que, claro, para mantener el modelo en el que están jugando
sobra, como quien dice, el 90% de la plantilla bancaria. La gran actividad ya no está en la red, sino en la mesa donde se firman los créditos sindicados, las operaciones corporativas, las grandes transferencias, etc.
Por ese motivo, en el caso de
Unicredit, el recorte se centrará en países como Alemania y Austria, aparte de Italia, naturalmente. El primer banco italiano tiene 146.600 empleados repartidos en 17 países.
Y en el caso de Deutsche Bank pasa lo mismo. Avanza el
Wall Street Journal que el recorte afectará al cierre de sus operaciones en algunos países.
La dimisión por sorpresa, en junio, de los entonces dos copresidentes de Deutsche Bank,
Anshu Jain y
Jürgen Fitschen, lo dejó muy claro. Habían sido los dos grandes impulsores de ese modelo, y ese modelo había fracasado: los beneficios menguaban y las multas aumentaban.
Pero el desafío es tan grande ahora como el reconocimiento de un fracaso, en la medida en que marca el final del negocio bancario, o, si prefieren, que la banca de siempre ya no es negocio.
Rafael Esparza
rafael@hispanidad.com