- El hijo del asesinado Javier Ybarra pide a ETA que diga quiénes secuestraron y asesinaron a su padre
- Javier Ybarra y Bergé fue secuestrado delante de su familia y ejecutado en 1977.
- Fue el inicio de los crímenes más duros de la banda terrorista que gozó de impunidad.
- Javier Ybarra descubre un detalle sórdido: los asesinos se quedaron con el reloj de la víctima, aunque devolvieron el rosario.
- Se puede perdonar al asesino de tu padre pero no a un fantasma.
- Además, de nada vale el perdón de la víctima sin el arrepentimiento sincero del verdugo.
Javier Ybarra y Bergé fue secuestrado y asesinado por ETA en 1977. La historia de su secuestro fue muy dura aunque no es el momento de contarla. Sólo decir que los canallas de
ETA demostraron con el homicidio de
Ybarra toda su crueldad y su demencia, cosas que suelen ir unidas, no porque los locos se vuelan asesinos sino porque los asesinos se suelen volver locos.
Javier Ybarra, hijo del asesinado, describe en uno de sus artículos la sensación de las víctimas ante el anuncio de desarme de la banda: "Preferíamos que nos devolvieran el reloj en lugar de armas inservibles", dice
Javier Ybarra.
Pero dice algo más, que apunta al corazón del problema, y que va más allá de desarmes y disoluciones: se trata de que
los etarras buscan una salida cómoda a su miseria. Por ejemplo, nada decide quiénes asesinaron a cada víctima concreta. Se aprovechan de que la policía no lo ha descubierto todo: ¿qué arrepentimiento es ese?
Se lo atribuyen a los históricos de la banda,
pero los hijos de Javier de Ybarra no tienen constancia de ello. Y se puede perdonar al asesino de tu padre pero
no a un fantasma. Además, de nada vale el perdón de la víctima sin el arrepentimiento sincero del verdugo.
Pero todo está mucho más claro en el mensaje de Javier Ybarra:
léanlo con atención. Entenderán muchas cosas.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com