El escándalo por el cese de Fernando Abril-Martorell como presidente de INDRA se ha cerrado este jueves con el nombramiento de Marc Murtra como presidente no ejecutivo y el ascenso a la categoría de consejeros delegados a Ignacio Mataix, responsable de Transporte y Defensa, y a Cristina Ruiz, responsable de Minsait.

La rebelión de los consejeros independientes, liderados por el secretario del Consejo, José Antonio Escalona, junto con los accionistas ‘privados’, fondos incluidos, han propinado la mayor bofetada al Gobierno Sánchez en materia empresarial y, esto es lo importante, han hudido la estrategia de Iván Redondo de crear la ‘smart people’ con el objetivo de colocar a afines al Sanchismo al frente de las grandes empresas españolas.

INDRA era la pieza fácil (el Estado posee el 18,7% del capital) y ha resultado ser un auténtico fracaso. Murtra, hombre de Salvador Illa y del PSC, será presidente no ejecutivo, es decir, no tendrá poder de decisión en la compañía. Para eso, el Consejo ha elevado a Mataix y a Ruiz, dos personas nombradas bajo el mandato de Abril-Martorell y que cuentan con el respaldo del Consejo de Administración, como ha quedado demostrado.

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El papel de Escalona ha sido clave, como adelantó Hispanidad. Afín al socialismo moderado (al centro-izquierda, si lo prefieren), el secretario del Consejo es además socio del despacho Alemany, Escalona & de Fuentes y secretario del Consejo de Administración de El Confidencial.

La cotización de INDRA, que había perdido más de un 12% desde que se conoció el cese de Abril-Martorell, sube este jueves cerca de un 3%. A los inversores no les gusta las injerencias políticas.