Los extremistas hindúes aumentan sus agresiones a cristianos
“Ni el miedo ni la amenaza pudieron inducirme a renunciar a mi fe. El dolor y la agonía de la violencia anticristiana me han determinado a perseverar en mi vocación a la vida religiosa”. Son palabras de Janani Pradhan, una de las tres religiosas que profesaron sus votos como Hermanas Carmelitas de Santa Teresa (CSST) en el estado indio de Orissa, que recoge ACN de Fides.
En 2008, Orissa, en concreto el distrito de Kandhamal, se convirtió en el trágico escenario de una masacre anticristiana que se cobró la vida de 100 personas e hizo que más de 50.000 fueran desplazadas.
“Vi el dolor y la agonía de mi perseguido y torturado inhumanamente, y asesinado por el amor de Cristo. Esto me animó a permanecer firme en la fe y hoy recibo mi profesión perpetua”. Así recuerda la hermana Kristina Pradhan la masacre de 2008 cuando todavía era postulante en su instituto religioso.
Es el testimonio de tres mujeres que, arraigadas en Cristo y firmes en la fe, superaron el miedo, la violencia y la persecución de la que fueron víctimas
Por su parte, la hermana Rajani Ekka resume el sentimiento de las tres al afirmar que “las masacres anticristianas de 2008 no me han desalentado, al contrario me han dado el coraje de seguir a Cristo”.
Este es el testimonio de tres mujeres que, arraigadas en Cristo y firmes en la fe, superaron el miedo, la violencia y la persecución de la que fueron víctimas. Ahora responden al carisma de la congregación de “vivir con el amor compasivo de Dios en la contemplación y promover la justicia para todos, especialmente para los pobres y los marginados”.