- El gran escollo sigue siendo el presidente Al Asad, al que Turquía y EEUU quieren tumbar, aunque Obama ya ha reconocido su estrategia fallida.
- Ahora, asegura el ministro ruso de Defensa, el objetivo es "luchar conjuntamente por la paz".
- La entente cordiale con Erdogan se disuelve como un azucarillo: el Kremlin lo acusa de facilitar la entrada de terroristas a Siria, aunque a puerta cerrada.
- Alemania también afila los dientes contra el presidente turco: le acusa de cooperar con organizaciones terroristas islamistas en Oriente Medio.
- Y el Estado Islámico, mientras, sigue haciendo burradas, como ejecutar dentro de un tanque de alquitrán hirviendo a un grupo de prisioneros.
Alepo es ahora mismo uno de los focos calientes de la guerra siria, tras un recrudecimiento de los combates entre el Ejército de
Bashar Al Asad y los
grupos rebeldes. El objetivo es el control de la metrópoli, esto ya lo sabemos, pero lo más sorprendente es que
Rusia y
Estados Unidos, que apoyan a bandos enfrentados, podrían ponerse de acuerdo para actuar conjuntamente.
Y no es cualquiera el que lo dice. El anuncio procede del
ministro ruso de Defensa: "Estamos en una fase muy activa de las negociaciones con nuestros colegas de Estados Unidos". Según asegura
Sergei Shoigu a la agencia RIA, el plan de ambos países es "empezar a luchar conjuntamente por la paz para que las personas puedan volver a sus casas".
Este paso confirma que Barack Obama, al final, está obligado a ceder: no le queda más remedio que entenderse con Moscú para encontrar una
solución política al conflicto. Pero el gran escollo continúa siendo el actual presidente Al Asad. Putin es su acérrimo aliado y La Casa Blanca ha reiterado sus deseos de largarle del poder en cuanto acabe la guerra civil. Aunque algunas voces aseguran que el presidente de
Estados Unidos ya no está tan
convencido de querer echar al dictador, entre otras cosas, porque tampoco se fía de la oposición.
Otro de los actores es
Turquía. Aunque hizo las paces con Rusia la semana pasada, parece que continúan enfrentados. Es lo que apunta
Foreign Policy, después de recoger el testimonio de dos diplomáticos rusos que acudieron a una reunión de la
ONU a puerta cerrada la semana pasada.
Durante estas conversaciones, Moscú acusa a Ankara de facilitar el flujo continuo de armas y terroristas a Siria través de su frontera, una tesis defendida públicamente por el presidente
Vladimir Putin. Además, los rusos piden a los turcos que reconsideren su postura con los
kurdos y les permitan participar en el diálogo de paz auspiciado por la ONU, ahora roto. La reunión también
revela sus posiciones enfrentadas con respecto al futuro de Al Asad.
Y ojo, porque
Alemania también afila los dientes contra Turquía. El Gobierno ha culpado al presidente Erdogan de ayudar a organizaciones terroristas islamistas como
Hamás, según publica la cadena pública alemana
ARD, en base a un documento confidencial del Ejecutivo de
Merkel. Es la primera vez que Berlín establece un vínculo directo entre
Erdogan y grupos terroristas. El salto es cualitativo.
Entre tanto, el
Estado Islámico continúa exhibiendo su brutalidad en los territorios que mantiene bajo su dominio. Lo último que sabemos de sus salvajadas es que han ejecutado a un grupo de seis prisioneros en
Mosul metiéndoles en un
tanque lleno de alquitrán hirviendo, después de acusarles en un
tribunal de la sharía de colaborar con el
Ejército de Irak.
El brutal crimen fue cometido a ojos del público con el fin de aterrorizar -aún más- a la población, relata
Iraqui News.
Daniel Esparza