El sector del automóvil está pendiente de la posible fusión entre el grupo francés PSA y el italo-estadounidense Fiat Chrysler Automobiles (FCA), después de que ambos reconocieran oficialmente que hay “conversaciones” (ver el comunicado de uno y de otro) y lo celebraran en bolsa (subidas del 4,5% -aunque empezó la sesión con un alza del 6%- y del 9,5% respectivamente). Por ahora, no han dado más detalles, pero algunos medios hablan de que sería una fusión a partes iguales (50%)..., surgen las dudas y más cuando el Estado francés está por medio, pues ya ha impuesto sus condiciones: que el nuevo grupo mantenga su actividad productiva en el país galo y promueva una industria europea de baterías.

Francia controla el 12,2% de PSA a través de su Banco Público de Inversiones (BPI), pues se vio obligada a entrar en el accionariado hace unos años para evitar que el fabricante chino de automóviles Dongfeng se hiciera con el poder. Ahora este último tiene el 12%. La participación del Estado francés no es baladí, pues hace pocos meses, tumbó el intento de fusión entre Renault (donde posee el 15%) y FCA. Eso sí, hay que destacar que ahora ve el nuevo movimiento como “necesario” y que confirma “la consolidación global de la industria automovilística”. Por cierto, la fusión llegaría dos años después de que PSA se hiciera con el fabricante alemán Opel/Vauxhall.

Francia controla el 12,2% de PSA y ya pone sus condiciones, mientras la familia italiana Agnelli tiene el 29% de FCA y, por ahora, no presiona

En el accionariado de FCA parece que, por ahora, no hay presiones. El 29% está controlado por el presidente, John Elkann, y otros miembros de la familia fundadora, los Agnelli, a través de la sociedad Exor. Elkann fue elegido heredero de su abuelo Gianni Agnelli, quien era nieto de Giovanni Agnelli, uno de los fundadores de Fiat que con el tiempo se convirtió en su dueño mayoritario.

Si la fusión llega a buen puerto, daría lugar al cuarto fabricante automovilístico, que estaría valorado en 45.454 millones de euros: contaría con las cuatro marcas de PSA (Peugeot, Citröen, DS y Opel/Vauxhall) y las de FCA (Abarth, Alfa Romeo, Chrysler, Dodge, Jeep, Fiat, Lancia y Maserati, entre otras, así como participaciones en el grupo de vehículos industriales CNH Industrial -aquí está Iveco-, por ejemplo). La fusión no tendría porque afectar a la fabricación de coches en España: PSA tiene tres plantas (Vigo, Madrid y Zaragoza) y FCA ninguna (sólo hay dos de Iveco, que monta camiones en Madrid y en Valladolid). Eso sí, en nuestro país, la fusionada se convertiría en líder en ventas de turismos, desbancando a Volkswagen..., y mantendría el liderazgo en el conjunto de vehículos (turismos y comerciales) que actualmente ostenta PSA